"Ventana abierta"
P. Leonardo Molina García. S.J.
En pocas palabras. Domingo 18
Nos habla el Evangelio, - la buena
noticia- de la vanidad del egoísmo; y es, al mismo un tiempo, una
invitación a aumentar, atesorar nuestros valores en vista a la
perspectiva de Dios.
Si Jesús nos manda que nos amemos unos a
otros, esa es la actitud fundamental e ineludible, de un cristiano. En
esto se conocerán…
Amar, amar, por encima de todo, amar.
Y amar significa
1. Perdón. Pero nuestro tesoro es la
venganza, el resquemor, el rencor escondido hirviendo dentro del corazón,
el amor propio herido…
2. Ayuda eficiente. Pero nuestro tesoro es la
cuenta corriente, la seguridad, la previsión lo más posible del futuro. Ande yo
caliente…y ríase la gente.
3. Solidaridad. Pero nuestro tesoro es mi
familia, mi grupo social, mi nación, mi partido… Mí, mí, mí.
Pues esos tesoros, son vanidad, vanidad de
vanidades y todo vanidad.
Vanidad viene de vano = Que está
vacío de contenido. Que no contiene semilla en la cáscara o está seca o
podrida. Que nunca llega a dar fruto. Irreal, ilusorio, aparente, huero…
Y Jesús presentó una parábola sencilla,
clara, aplicable.
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has
preparado?”.
Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».
Al menos una oración petición: Salmo 89
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
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