"Ventana abierta"
El
cumpleaños de Jesucristo
Por INFOVATICANA
La celebración de la
Navidad/Natividad o nacimiento de Jesucristo, Dios verdadero y hombre perfecto,
nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre su cumpleaños y otras
cuestiones. Don Manuel Guerra aborda este asunto en su bitácora sobre Jesús de
Nazaret.
La celebración de la Navidad/Natividad o
nacimiento de Jesucristo, Dios verdadero y hombre perfecto, nos brinda la
oportunidad de reflexionar sobre su cumpleaños y otras cuestiones.
JESÚS, CRISTO, JESUCRISTO
“Jesús”, término derivado del hebreo que
significa “Salvador” (Mt 1,28), es el nombre que le impuso el Arcángel en la
anunciación a la Virgen María (Lc 1,31). En algunos países es tan sagrado que
se ha convertido en tabú o silenciado por respeto y hasta temor sagrado, y para
“no usarlo en vano” como hacían y hacen los judíos con “Yahvé” por considerarlo
el nombre “propio” de Dios. Por eso, si un español de nombre Jesús visita
Italia, nadie le llamará así, sino “Salvador”, en Alemania “Manuel” (= “Dios
con nosotros” en hebreo, Mt 1,23). Prefiero usar “Jesucristo” porque figura en
el Nuevo Testamento y para evitar el riesgo de cierto confusionismo. Pues Jesús
solo es un nombre de uso generalizado y necesita “de Nazaret” para precisar de
cuál se trata. Además, para la red de Nueva Era, que recubre ya toda la Tierra,
Jesús es el de Nazaret, pero un hombre como otro cualquiera; a su vez “Cristo”
no es un ser personal, sino la “Energía cósmica” o “crística” que habría
descendido sobre Jesús de Nazaret en el Jordán convirtiéndolo en el arquetipo
de la Era Piscis o cristiana como Maitreya lo será de la Era Acuario que
estaría a punto de irrumpir en la historia de la humanidad. Además, según Nueva
Era cada uno puede ser “Cristo” e incluso más Cristo que Jesucristo mismo de
acuerdo con el ensanchamiento de su conciencia (M. Guerra, 100
preguntas-clave sobre la New Age, Monte Carmelo, Burgos 2004, pp.
29-30, 65-85). El nombre “Jesucristo” aúna la doble realidad humana y
mesiánica, divina, del que es Dios verdadero y hombre perfecto.
JESUCRISTO, DIOS ANTES DEL TIEMPO
Y DEL ESPACIO
“El tiempo es de lo que más hablamos en
nuestras conversaciones ordinarias. Cuando hablamos del tiempo, sabemos qué es
como lo sabemos cuando oímos a otro hablar del tiempo”. A continuación se
pregunta san Agustín, “pero, qué es el tiempo?”, y se contesta: “Si nadie me lo
pregunta, lo sé, pero, si alguien me lo pregunta y quiero explicarlo, ya no lo
sé” (Confesiones 11,14; año 399). La teoría einsteiniana de la
“relatividad” ha demostrado que el espacio y el tiempo no son absolutos ni
autónomos, sino que forman una unidad siendo “relativos” en cuanto están
“relacionados” entre sí, también con el espectador, etc. En contra de lo que
algunos decían, Einstein mismo declaró que la “relatividad” de su
“teoría” nada tiene que ver con el “relativismo” gnoseológico
(conocimiento, la verdad) ni con el ético-oral (bondad, malicia), que afirma la
inexistencia de “realidades” en el plano del conocimiento (verdades) y en
el del comportamiento (acciones, normas) absolutas, universales y eternas o
válidas para todos los hombres de todos los tiempos y lugares. El relativismo
de impronta masónica, predominante ahora en Occidente, hace depender la verdad y
la bondad de las circunstancias socioculturales.
Más aún, la ciencia moderna muestra que el
espacio/tiempo empezó a existir a partir del Big Bang o “Gran Explosión”,
acaecida hace 13.700 millones de años luz. Desde entonces el universo se ha ido
expandiendo a la velocidad de la luz, a saber, 300.000 (más exactamente
299.729) kilómetros por segundo, nueve billones y medio de kilómetros al año.
Antes se tenía un concepto estacionario del universo, que sería como un reloj
gigantesco de pared, lleno de ruedas y ruedecitas en movimiento, pero dentro de
una caja o estructura quieta. Ahora es una realidad comprobada científicamente
la expansión incesante y cada vez más acelerada del universo (también de la
caja) con sus mil millones de galaxias, cada una de ellas con más de 200.000
millones –promedio- de estrellas y sus numerosos planetas y satélites,
etc. A medida que, desde el Big Bang (hace 13.700 millones de años luz), va
expandiéndose, se va formando el espacio y el tiempo. Aquí surge un
interrogante, cuya respuesta no está al alcance de la mente humana, al menos de
la mía. No consigo imaginar cómo o por dónde se expande el universo si este
crea el espacio mientras va expandiéndose o dilatándose (M. Guerra, La
evolución del universo, de la vida y del hombre (¿El hombre, compuesto de
cuerpo físico o material, de cuerpo energético o inmaterial y de alma
espiritual?, HomoLegens, Madrid 2009). Podría imaginarse el universo
como un globo que va creando un espacio interior a medida que va inflándose y
que sus paredes van haciéndose cada vez más finas hasta que explota, algo que,
según dicen los entendidos ocurrirá o, al menos, puede ocurrir al universo con
mucha probabilidad. Pero la burbuja o espacio interior del globo se ensancha a
costa del espacio exterior, lo cual no sucede en el universo.
Si la mente humana es incapaz de comprender
este enigma, por no decir misterio, ¿nos extrañaremos si no comprendemos lo
espiritual ni lo divino? Jesucristo, en cuanto Dios, existía antes de que
hubiera espacio/tiempo. Lo espiritual no ocupa espacio ni está sometido al
tiempo; tampoco el cuerpo energético o inmaterial, aunque no estrictamente
espiritual. En los desplazamientos por bilocación (acción de estar al mismo
tiempo en dos lugares distintos y distantes) el yo energético, despojado del
cuerpo físico o material, atraviesa paredes y el espacio aéreo, sin ser visto,
a la velocidad del pensamiento, de la luz, por ejemplo la venerable María Jesús
desde la celda en su convento de Ágreda (Soria, España) hasta Texas (EE.UU).
Jesucristo Dios, Eterno, se insertó en un tiempo determinado de la historia
humana y apareció en un espacio geográfico, o sea es una persona histórica.
JESUCRISTO, UNA PERSONA Y UN
PERSONAJE HISTÓRICO
¿Qué contestación se obtendría si se preguntara
a los cristianos cuáles son las palabras menos importantes del Credo?
En una especie de encuesta privada he formulado esta pregunta a varios del
clero y del laicado. Algunos se han quedado como paralizados y sin respuesta.
Los demás han coincidido en que no pasaría nada si se eliminaran las palabras:
“en tiempo de Poncio Pilato[i]”.
No obstante, son palabras decisivas, pues garantizan la condición histórica de
Jesucristo. Atestiguan que la pasión y muerte de Jesucristo acaeció “durante el
gobierno de Poncio Pilato”, el prefecto de Judea desde el año 26 al 36; a lo
más hasta iniciado el 37 d. C. El título más conocido de su cargo “procurador (procurator,
epítropos en griego) procede de un anacronismo. Se introdujo en el año
46 d. C. (gobierno el emperador Claudio) sustituyendo al de “prefecto” (praefectus,
epárkhos en griego), usado antes de ese año 46, como consta en algunas
inscripciones.
Tiene su parte de razón Paul-Louis Coucheaud
(1879-1959), miembro de la Academia Francesa, agnóstico declarado. En una de
sus cartas a Jean Guitton (cf., la obra de este, Un siècle, une
vie, Lafont, París 1988, p. 209). reconoce “admitir todo en el Credo”
(el de la Misa, tomado del concilio constantinopolitano) con tal que se
eliminen del mismo tres palabras: sub Pontio Pilato. Pues su
aceptación significa que se cree que Jesús de Nazaret es Dios al mismo tiempo
que un hombre histórico, que vivió y murió en Palestina en los años en los que
Poncio Pilato fue prefecto de Judea. Pero, según Coucheaud, resulta totalmente
inaceptable e inimaginable que “un hombre de carne y hueso sea Dios”. A lo más
podría haber sido un dios mítico, producto de la credulidad e imaginación de
sus seguidores al estilo de Osiris, Baal, Dióniso como lo creyeron “los
filósofos epicúreos y estoicos” que escucharon a san Pablo en el Areópago
ateniense (Hch 17,18; cf. M. Guerra, Historia de las Religiones, B.A.C.,
Madrid 20104, pp.
335-340). Coucheaud tiene razón en su extrañeza y en rechazar que la razón
humana por sí sola, mucho menos los sentidos, puedan llegar al conocimiento de
la divinidad de Jesucristo. Lo enseña categóricamente san Pablo: “Nadie es
capaz de decir: ‘¡Jesús es Señor (= Dios)!´ si no por el Espíritu Santo” (1Cor
12, 3). La razón solo puede vislumbrar la credibilidad de lo que cae en el
ámbito exclusivo de la fe. La enseñanza paulina se entiende si se cae en la
cuenta de que, para “no usar en vano” (Ex 20,7): “Yahvé” (considerado el nombre
propio de Dios por los israelitas), los judíos lo substituyeron por Adonai
(Kýrios en griego, “Señor” en español).
No es este el momento de desplegar los datos y
razones demostrativos de la historicidad de Jesucristo, cuya existencia humana
terrena figura en textos cristianos y no cristianos de su tiempo e
inmediatamente posteriores (M. Guerra, Historia de las …, pp.
340-345; Jesucristo y nosotros, UCAM, Murcia 2002,
pp.25-104).
EL 25 DE DICIEMBRE, CUMPLEAÑOS DE
JESUCRISTO
Jesucristo es una persona y un personaje
histórico. Luego nació en un día determinado, que lógicamente es el de su
cumpleaños. ¿En qué día del año?
4.1. Lo decisivo es que Dios se
hizo hombre
Lo realmente importante es que Jesucristo Dios
“se encarnó, se hizo carne” (Jn 1,14), o sea, hombre con todas las limitaciones
y debilidades humanas menos el pecado (Hebr 4,15). Concebido “por obra del
Espíritu Santo” (Mt 1,19-20; Lc 1,35), en los demás siguió el proceso de
cualquier ser humano. Fue cigoto (una sola célula), feto y embrión. A lo 18
días de existencia su corazón bombea la sangre en el sistema circulatorio del
hijo cuando la madre todavía no es consciente de su existencia (cf. los
distintos estadios y aspectos del desarrollo del niño en el seno de su madre
en Jesucristo y nosotros, pp. 74-77). El corazón de
Jesucristo, corazón de Dios, comenzó a latir al ritmo del Corazón de María, su
Madre, la Inmaculada (Murillo), la Purísima (Ribera).
Mejor traducido:” durante (en) el gobierno de
Poncio Pilato”. “En su tiempo” ocurrieron otros muchos sucesos en otras partes
del Imperio romano y fuera del mismo sin que sus protagonistas estuvieran
“bajo” (valor del sub latino) la autoridad y responsabilidad
de Pilato."
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