"Ventana abierta"
Queridos amigos, hoy se conmemora la festividad de San José.
La Iglesia celebra la
Fiesta de San José con especial solemnidad porque es uno de los más grandes
santos, Esposo de la Virgen María, padre legal de Jesucristo, y porque ha sido
declarado Patrón de la Iglesia universal.
El Prefacio de la Misa resume los motivos del Patronazgo que este santo
ejerce sobre la Iglesia y sobre sus miembros.
«Él es el hombre
justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios; el servidor fiel y
prudente que pusiste al frente de tu Familia para que, haciendo las veces de
padre, cuidara a tu único Hijo, concebido por obra del Espíritu Santo,
Jesucristo, Señor nuestro».
1.-
San José, Patrón de la Iglesia
Creemos que en el Cielo elevó Dios a San José a una altísima gloria, en
proporción al grado eminente de santidad que tuvo en la tierra. Sabemos que la
gloria de los bienaventurados se corresponde con la misión que ejercieron sobre
la tierra y la misión de San José en la tierra está resumida en el título de
Esposo de María y Padre legal de Jesucristo. Esto último quiere decir que comúnmente era tenido como padre de Jesucristo, porque cumplía con Él los
oficios de padre.
«De donde se seguía
que el Verbo de Dios se sometiera a San José, le obedeciera y le diera aquel
honor y aquella reverencia que los hijos deben a sus propios padres. De esta
doble dignidad se siguió la obligación que la naturaleza pone en la cabeza de
las familias, de modo que San José, en su momento, fue el custodio legítimo y
natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia. Y durante el curso entero de su
vida él cumplió plenamente con esos cargos y esas responsabilidades» (León
XIII, Quamquam pluries, 3)
Ahora bien, la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, que continúa en el
mundo entero la obra del Salvador por eso San José la mira y protege ahora como
hizo con Jesucristo mientras vivía en la tierra.
«Jesucristo es, de
alguna manera, el primogénito de los cristianos, quienes por la adopción y la
Redención son sus hermanos. Y por estas razones el Santo Patriarca contempla a
la multitud de cristianos que conformamos la Iglesia como confiados
especialmente a su cuidado, a esta ilimitada familia, extendida por toda la
tierra, sobre la cual, puesto que es el esposo de María y el padre de
Jesucristo, conserva cierta paternal autoridad» (Ibid.)
2.-
San José, Protector de los fieles
Como el patronato de San José sobre la Iglesia es algo real, su protección debe
llegar a cada uno de los fieles que formamos parte de ella.
«A los que Dios elige para algo los prepara y dispone de tal modo que sean
idóneos para ello» (Suma Teológica, 3, q. 27, a. 4, c) y San José correspondió
prontamente a las innumerables gracias que recibió de parte de Dios. Por eso,
para entender el vivísimo deseo que tiene el Santo Patriarca de ejercitar en
favor nuestro su poderoso patrocinio, sería preciso poder medir el inmenso
tesoro de caridad que encierra su corazón para con sus devotos y de celo por la
salvación de las almas.
Como todo lo que hizo Jesús en la tierra fue en favor nuestro, si quiso
encarnarse en las entrañas de su Madre, la Virgen María, y tener un padre
adoptivo puso en sus corazones tal amor hacia nosotros y tal poder cerca de Él
que necesariamente escuchará cuanto ellos le pidan y todo lo que no hubiéramos
podido obtener por nosotros mismos.
Confiemos pues, siempre y en todo, en San José pues por eso se le
representa con el Niño en sus brazos en señal de que dispone del amor y del
poder de Dios.
3.-
Cómo asegurarse la protección de San José
Sin duda que San José acude con más generosidad en auxilio de aquellos que le
aman. Por eso, mientras más nos declaremos sus hijos, invocándole con una
confianza cordial, más su corazón se mostrará a nosotros como el de un padre.
«No me acuerdo hasta
ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta
las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado
santo… No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas
aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a Él se
encomiendan… Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y
verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca
y tenerle devoción» (Sta. Teresa de Jesús).
Para merecer la protección de San José hemos de invocarle a menudo e
imitar sus virtudes, sobre todo la humildad y perfecta resignación con la
divina voluntad, que fue siempre la regla de sus acciones.
Pidamos en este día a San José que salve a la Iglesia de todos sus
enemigos, interiores y exteriores, La gracia especial que hemos de esperar de
él es la de una buena muerte, porque el Santo Patriarca tuvo la dicha de morir
en los brazos de Jesús y de María. Que para ello nos sostenga con su patrocinio
y que experimentando su intercesión en la tierra merezcamos verle un día en el
Cielo.
Marcial Flavius - presbyter
Que él interceda por nosotros y nos bendiga grandemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario