"Ventana abierta"
El convento de Santa
Paula: 5 razones por la que hay que visitarlo
Sevilla Secreta
Diego Zúñiga
A día de hoy, sigue siendo uno de los secretos
de Sevilla mejor guardados en el barrio de San Julián y tiene unas obras de
arte de valor incalculable.
Fundado en 1473, el convento de Santa Paula es
uno de los edificios menos apreciados por las rutas turísticas, ya que el
conjunto arquitectónico no atraviesa su mejor época y por si fuera poco, su
horario de visita no es muy favorable (de 10 a 13 horas de martes a domingo).
Sin embargo, merece la pena hacer un esfuerzo y pagar los 3 euros que cuesta la
entrada por descubrir este Bien de Interés Cultural. Se accede a través de la
calle Santa Paula y por si todavía dudas, te vamos a dar un adelanto de lo que vas a ver entre sus muros:
1. La historia de su fundación
En 1473, el Papa Sixto IV otorgó la bula fundacional
del monasterio a Ana de Santillán y Guzmán, una mujer que ingresó en San Juan
de la Palma tras enviudar. En este retiro pensó en la idea de crear un
monumento de clausura para la orden jerónima. Más tarde, en 1475, se
bendijo la iglesia y en 1483 doña Isabel Enríquez, viuda del
condestable de Portugal, promovió la edificación de la actual iglesia del
convento.
Todavía se pueden ver los sepulcros de doña
Isabel, su esposo y su hermano. A lo largo de la historia el convento ha
sufrido todo tipo de reformas y modificaciones.
Fuente:Wikimedia Commos
2. El único museo en una clausura sevillana
Es curioso porque este museo
es el único de Sevilla que se encuentra en un convento. Además, alberga piezas
singulares del barroco sevillano y de otras partes
del mundo. También se pueden ver los ajuares de las mujeres que ingresaron
allí, algunos retablos con pieza de Montañés, Mesa y Almedinilla. No te vayas
sin preguntarle a una hermana que te señale los cuadros de José de Ribera y
Morales.
Fuente: sevillacitycentre.com
3. Los claustros
La zona de clausura cuenta con dos
claustros: uno que realizó Diego López Bueno en el siglo
XVII, cuando se amplió el convento. Este se convirtió en el claustro principal,
relegando al otro a ser un “patio viejo”. Ambos están comunicados por una
arquería de cuatro vanos sobre columnas pareadas y arcos de medio punto.
Fuente: Wikimedia Commos.
4. La iglesia
Data del siglo XV y es de
estilo gótico-mudéjar, siendo lo más destable el techo
del presbiterio y la nave cubierta por un artesonado de madera con elementos
mudéjares.
También es digno de ver el retablo
mayor barroco que preside una escultura de Santa Paula,
que fue tallada por José Fernando de Medinilla en 1730. La acompañan San José,
San Antonio de Padua, San Agustín y San Blas.
En los laterales del
presbiterio se encuentran los sepulcros de los marqueses de Montemayor y
cuadros del siglo XVIII que ilustran la vida de Santa Paula.
No olvides contemplar el
retablo de San Juan Bautista y el del Santo Cristo, ambos de Felipe de Ribas y
el de la virgen del Rosario.
Fuente: leyendasdesevilla.blogspot.com.es
5. Dulces
Es uno de los monasterios más
accesibles, ya que las monjas jerónimas venden mermeladas (algunas que se salen
de lo normal como la de tomate o la de kiwi) y jaleas, tartas de nueces, carne
de membrillo, cabello de ángel, tocino de cielo, crema de castaña o batata.
Fuente: elesconditedemaria.com
Fuentes: spain.info
/ leyendasdesevilla.blogspot.com / visitarsevilla.es
Fuente de la imagen de
portada: encinarosa-elarbolmiamigo.blogspot.com.es
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