"Ventana abierta"
Oración de Comunión Espiritual
¿Quién soy yo para ti?
Nos acercamos al altar. Es el momento de la Comunión también para nosotros estimados amigos seguidores de este blog, pudiendo hacer ahora juntos la Comunión Espiritual, si así lo quieren, mostrando de esta manera nuestro deseo de recibir al Señor, de decirle como Pedro: "Tú eres el Mesías".
"Oigo tu voz, Señor, también me preguntas, ¿qué dices de mi? ¿Quién soy yo para ti?
Tú ya sabes la respuesta, porque Tú, Señor, lo sabes todo, Tú sabes que te quiero.
Ante un mundo que prefiere las promesas de engaño, yo proclamo que Tú eres el Mesías, el enviado por Dios, solamente Tú tienes palabras de vida eterna.
Creo que estás resucitado, que vives en mí por tu Espíritu, que estás presente en este Pan con el que me alimentas, para que mis obras sean el aval de mi fe.
Haz que no renuncie a la cruz, a tu cruz, que sepa perder mi vida por Ti y tu Buena Noticia, tu Evangelio, la cruz que es la vida y el consuelo, tu cruz, Señor, el único camino para ir al cielo.
Que mi pensar no se ajuste a los criterios de los hombres, sino al criterio de Dios, que es Amor y Misericordia.
No me apartes de tu vista, pues tu mirar es alivio para mi alma pecadora.
Acompáñame hasta que llegue al país de la Vida".
Nos acercamos al altar. Es el momento de la Comunión también para nosotros estimados amigos seguidores de este blog, pudiendo hacer ahora juntos la Comunión Espiritual, si así lo quieren, mostrando de esta manera nuestro deseo de recibir al Señor, de decirle como Pedro: "Tú eres el Mesías".
"Oigo tu voz, Señor, también me preguntas, ¿qué dices de mi? ¿Quién soy yo para ti?
Tú ya sabes la respuesta, porque Tú, Señor, lo sabes todo, Tú sabes que te quiero.
Ante un mundo que prefiere las promesas de engaño, yo proclamo que Tú eres el Mesías, el enviado por Dios, solamente Tú tienes palabras de vida eterna.
Creo que estás resucitado, que vives en mí por tu Espíritu, que estás presente en este Pan con el que me alimentas, para que mis obras sean el aval de mi fe.
Haz que no renuncie a la cruz, a tu cruz, que sepa perder mi vida por Ti y tu Buena Noticia, tu Evangelio, la cruz que es la vida y el consuelo, tu cruz, Señor, el único camino para ir al cielo.
Que mi pensar no se ajuste a los criterios de los hombres, sino al criterio de Dios, que es Amor y Misericordia.
No me apartes de tu vista, pues tu mirar es alivio para mi alma pecadora.
Acompáñame hasta que llegue al país de la Vida".
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