"Con 42 años está metida en un cuerpo de una mujer de 80"
Relato
de una madre de familia con fibromialgia severa que ha tenido que ir a los
tribunales para que se la reconozcan
Hoy está contenta porque los tribunales, que no el Estado, le han reconocido «que no puedo tirar de mi cuerpo»; porque tiene dos hijos que le ayudan, un marido ejemplar y una familia estupenda. Pero no tiene fuerza, ni tratamiento que le dé energía y le quite los dolores. Sólo toma antidepresivos para sobrellevar mejor que su cuerpo no corresponde a su edad, «sino al de un mujer de 80 años» y que «sólo tengo ganas de estar acostada con los ojos cerrados».
Me fui de la consulta sabiendo que no era cierto. A las pocas semanas volví ante la persistencia de los síntomas día y noche y me volvió a decir que era estrés. Y así durante 8 meses.
Un día hablando con un amigo, me dijo que tenía los mismos síntomas que su mujer y que tenía fibromialgia. Así que nuevamente pedí cita a mí médico y le pregunté si podía ser esa enfermedad. Me contestó que era una enfermedad inventada por alguien que estaría aburrido».
Tras las pruebas, confirmaron el diagnóstico: fibromialgia severa, cervicodorsalgia crónica y lumbalgia mecánica.
Luego fue a un internista que también lo confirmó «tras hacerme más pruebas, ya que es una enfermedad por descarte pues no hay ningún marcador biológico que diga que existe, de momento». Poco a poco fueron surgiendo más enfermedades, asociadas como síndrome de Raynaud, artritis, ansiedad, depresión..... «¿Cómo evitar caer en una depresión cuando ves que estás metida en un cuerpo de una mujer de 80 años. Cuando ni puedes coger a tus hijos en brazos, cuando el más mínimo esfuerzo te deja en cama tres días. Cuando tú marido tiene que hacer de padre, madre, ama de casa....», relata.
Hace unos tres años que me diagnosticaron síndrome de fatiga crónica y tras varios paseos por distintos especialistas, un día en urgencias me derivaron a un internista. Éste a su vez a una neumóloga que fue quien me hizo todas las pruebas necesarias y más, para saber qué grado tenía de enfermedad. Tengo ese síndrome en grado IV y severa discapacidad.
Eso, estoy segura de que lo he tenido también desde el principio, pero como se lavan las manos y cuando vas a urgencias te mandan a sacar a tus hijos al parque, para atender a personas que realmente están enfermas, según me dijeron textualmente...», afirma.
Tras más de cerca de año y medio de espera, llegó el juicio, por la demanda interpuesta contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social y la Tesorería General de la Seguridad Social.
Tan joven, con 42 años. Toda la vida por delante, pero qué clase de vida. He tenido dos intentos de autolisis y cuando miro al futuro sólo veo dolor, cansancio extremo, y más dolor».
Ahora va a solicitar ayuda amparada en la Ley de Dependencia y tiene también reclamado el 33% de minusvalía que le ha reconocido la Junta de Andalucía. Pero quiere, sobre todo, que las personas que se vean reflejadas en su situación «luchen y no tiren la toalla» para conseguir, al menos, que sea reconocida la incapacidad que tienen».
No puedo hacer ejercicio físico, sólo andar 15 minutos al día y despacio, ni faenas de la casa ni nada. Me relaja el mar, aunque no puedo bañarme porque no aguanto los cambios de temperatura, pero me relaja», termina Teresa.
Extraído de ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario