Padre Nuestro que estás en el cielo y también con nosotros, comenzamos en tu presencia nuestro trabajo, con espíritu fraternal porque Tú eres nuestro Padre.
Santificado sea tu nombre: que te alaben nuestros alumnos y te bendigan al ver nuestras obras. Que tu nombre de Padre se haga visible en la convivencia familiar de nuestra Comunidad Educativa.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Que nosotros llenemos sus exigencias: conviviendo y colaborando fraternalmente en nuestra Comunidad Educativa, y caminando como pedagogos con tus hijos por los caminos de la libertad.
Danos hoy nuestro pan de cada día, el pan de la mesa familiar, el pan de la verdad y la amistad, el pan de la justicia y la libertad, el pan de los ideales y los valores para que lo compartamos cada día con los alumnos que nos confiaste.
No nos dejes caer en la tentación de hacer de nuestra vocación una mercancía que se vende y que se compra; de olvidar a los marginados de la cultura y de nuestras estructuras educacionales, de reducirnos a ser funcionarios al servicio de una enseñanza no comprometida con la vida.
Y líbranos del mal del paternalismo que aliena y no deja crecer. Líbranos del autoritarismo que domestica, borrando la originalidad de cada alumno. Y líbranos del mal terrible de no amar a nuestros alumnos.
2 comentarios:
Muy ungida tu entrada.¡Preciosa! Me alegro de conocerte Angelita, muchas gracias por tu visita, por tu presencia. Un abrazo grande.
Dios y la Virgen te bendigan.
Estimada amiga Marian: Desde este blog de "Seguir la Senda. Ventana abierta", yo también me complazco en conocerte aunque sólo sea por este medio de comunicación y no en persona, como sería mi gusto. Deseo hacerte sentir mi cercanía por tan cariñoso comentario y amabilidad por tu parte. Que el Señor y la Virgen Santísima te bendigan y te acompañen siempre,junto con mi enorme abrazo agradecido.
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