"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El autor nos conduce en estos cinco minutos diarios para abrirnos al Espíritu de Dios y percibir la fuerza de su consuelo.
Hoy es la fiesta de San Mateo. El cambio que él
vivió en su vida nos hace ver hasta qué punto el Espíritu Santo puede modificar
nuestros planes y llevarnos a dónde no imaginamos.
Mateo era un cobrador de impuestos, alguien tan
enamorado del dinero que era capaz de aceptar cualquier trabajo, aunque tuviera
que explotar a su propio pueblo para enriquecerse. Ciertamente, los pobres
pescadores de Galilea habrán sentido un fuerte rechazo hacia este explotador
que estaba al servicio del poder extranjero.
Por eso, en la conversión de Mateo se
manifiesta lo que puede llegar a hacer el Espíritu Santo en un corazón humano,
la maravillosa liberación que puede producirse cuando alguien se deja tocar y
seducir por su fuego. Porque aquel esclavo de las seguridades económicas, al
escuchar el "sígueme" de Jesús, abandonó la mesa de cobrador
de impuestos y lo siguió (Mateo 9,9). Mateo era uno de esos pecadores que Jesús
quería convertir, y por eso se acercaba a él y lo invitaba a seguirlo.
El Evangelio de San Mateo se detiene a narrar
la cercanía de Jesús con los pecadores, su compasión y su amor, porque esa
actitud de Jesús fue la que él mismo reconoció en sus ojos y en su voz cuando
Jesús pasó por su mesa de cobrador de impuestos, y simplemente le dijo sígueme.
Sólo el Espíritu Santo nos hace capaces de escuchar ese llamado y de seguirlo hasta el fin.
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