"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Nosotros buscamos al Espíritu Santo, no solamente para vivir bien, sino también para santificarnos, para llegar a lo más alto de la vida espiritual. Ofrezcámonos al Espíritu Santo, hagamos una profunda consagración de nuestras vidas, para que él nos trasforme completamente. Expresemos este deseo con las palabras de Dom Vandeur:
"Espíritu
Santo, amor unitivo del Padre y del Hijo,
fuego
sagrado que Jesucristo nuestro Señor trajo a la tierra,
para
quemarnos a todos en la llama del eterno amor.
Te
adoro, te bendigo, y aspiro con toda el alma a darte gloria.
Con este
fin, te hago esta ofrenda con todo mi ser,
cuerpo y
alma, espíritu, corazón, voluntad,
fuerzas
físicas y espirituales.
Me doy a
ti y me entrego tan plenamente
como le
sea posible a tu gracia,
a las
acciones divinas y misericordiosas
de ese
amor que eres tú, en la unidad del Padre y del Hijo.
Llama
ardiente e infinita de la Santísima Trinidad,
deposita
en mi alma la chispa de tu amor,
para que
la llene hasta desbordar de ti mismo;
para que
transformada por la acción de tu fuego en caridad viva,
pueda,
con mi sacrificio, irradiar luz y calor
a todos
los que se me acerquen.
Amén."
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