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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 8 de junio de 2019

Rincón para orar. PENTECOSTÉS: VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO. Sábado, 8 - Junio - 2019

"Ventana abierta"


Rincón para orar


Sor Matilde


PENTECOSTÉS: VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO


19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: « La paz con vosotros. » 
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
21 Jesús les dijo otra vez: « La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío. »
22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: « Recibid el Espíritu Santo.
23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. » (Jn. 20. 19-23)
Pentecostés es el misterio que culmina la vida de Jesús sobre la tierra. El Padre envió al Verbo para mostrar al hombre su amor: “tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él”; y Jesús envió su Espíritu para santificar al hombre y que alcance la vida eterna. Ponerse en manos del Espíritu, permitirle que nos queme con su amor, es lo que Jesús más deseó. Por ello, el Espíritu Santo comenzó por consolarnos y fortalecernos, ensanchando nuestro corazón para que arda y de nuestras entrañas broten, como prometió Jesús, torrentes de Agua Viva…
Jesús no se derrama y entrega su Espíritu, sino para que a nuestra vez nos derramemos y entreguemos lo que hemos recibido.
Y un don precioso del Resucitado, por su Espíritu Santo, es el poder de perdonar pecados. “¿Quien puede perdonar pecados sino Dios?”. Pues este poder se lo ha dado a los hombres, a los que Él ha escogido para ser otros cristos sobre la tierra. No es algo suyo, sino que ellos perpetúan este don hasta el fin de los tiempos.
Jesús quiere que seamos santos y comienza por perdonarnos y hacernos gratos a Dios Padre. Nos rodea de su paz y de su amor y ahuyenta de nosotros todo lo que nos atemoriza o esclaviza. “¡Paz a vosotros!”, es la voz del Resucitado antes de soplar sobre ellos su Espíritu Santo. “¡Paz a vosotros!”, dice por segunda vez. Y cuando la paz les envuelve totalmente, entonces envía su Don Precioso…
¡Qué bueno eres Dios Nuestro, cómo nos amas que nos regalas tu santidad y con ella todo tu Amor, que eres Tú mismo!. ¡No te canses Jesús de enviarnos tu Santo Espíritu, cuando nos veas alejados de Ti o tibios y lentos en el Amor…! ¡Enciende nuestros corazones y que ardan con tus lenguas de fuego que quemen toda la escoria que no puede acoger tu Llama divina...! ¡No nos dejes en nuestra natural frialdad y pobreza, enriquécenos, haznos fuertes en la fe y que amemos tu Palabra Sagrada que nos has comunicado en los Evangelios…!
¡Ven, ven Señor, ven pronto, ven ya, introdúcenos en el sitio que nos has preparado en el cielo junto a ti y junto a Santa María, nuestra Madre…! ¡Bendito y alabado seas por siempre, amén y gracias!

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