Un año sin mi madre.
Ya se cumple un año desde que mi madre se fue al Cielo, parece que fue ayer, tales son los recuerdos y las vivencias junto a ella que, no olvidamos ni queremos olvidar.
Hoy a un año de ello, confieso que aún lloro cuando recuerdo tantas cosas que viví con mis tres seres más queridos de mis mayores: mi padre, mi tita Carmen y mi madre, por orden de marcha al Cielo, a la Casa del Padre.
Sin embargo vivo agradecida sabiendo que los tres creyeron en Jesús, que sabían hacia dónde iban, que esto lo hablamos en alguna ocasión, y murieron en paz.
No perdamos el tiempo y hablemos de la salvación de Jesús a quienes nos rodean, no sabemos el día ni la hora que nuestro Dios nos llamará a su presencia. Seamos luz donde no la hay, sembremos esa semilla de salvación que al tiempo preciso, nuestro Señor dará el fruto.
Los nietos son la corona de los ancianos,
y los padres son la honra de los hijos.
Proverbios 17: 5
Renovada en su Gracia.
Cnt 8:6
Lo único que pudo separarlos fue la muerte... y hoy con la esperanza que tenemos en Cristo, y por su misericordia infinita, creemos que están juntos una vez más, y ya para toda la eternidad... ¡hasta siempre, papá, mamá y tita!
Presentes en nuestro pensamiento, en nuestra oración, en nuestro recuerdo y en nuestro corazón.
muy dentro del alma.
"Mi querida niña, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme "eso ya me lo contaste", solamente escúchame por favor. Y recuerda los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida.
Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña.
Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no pongas esos ojos y esa cara de desesperada. Recuerda mi querida niña, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma, y cómo confrontar y lidiar por la vida.
El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme. Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante. Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches, y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primeros pasos.
Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida, con amor y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo mucho mi querida niña..."
Dios nos continúe dando el consuelo y sus bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario