"Ventana abierta"
Dominicas de Lerma
Comentarios a la Palabra de Dios
SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Gn. 14, 18-20
18 Entonces Melquisedec, rey de
Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo,
19 y le bendijo diciendo: « ¡Bendito
sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra,
20 y bendito sea el Dios Altísimo,
que entregó a tus enemigos en tus manos! » Y dole Abram el diezmo de todo.
- “Melquisedek” con su ofrenda de pan y vino
constituye una lejana profecía de la Eucaristía y del sacerdocio
de Cristo. El nombre de este rey sólo es mencionado una vez más en el A.T.
(Sal. 110, 4).
- “Salén” es equiparado a Jerusalén, pero
intencionadamente se evitó dar este nombre por estar demasiado ligado a las
imágenes de fe de los tiempos posteriores. Así pues es un nombre artificial.
Hay que admitir la existencia de un rey preisraelita de Jerusalén, cuyo nombre
es también paleocananeo (Adonisedec: Jos. 10, 1). Las dos funciones de
rey y sacerdote no era rara el antiguo Oriente (Fenicia por ej.) Y la
noticia de un culto al “Dios supremo” (EL`ELIÓN)
se halla atestiguada por testimonios extrabíblicos. Es muy probable que sea el
“Baal de los cielos” cuyo culto se extendió en
Fenicia y muchas partes y era la cúspide monárquica de un “PANTHEON”. Nuestro relato ve en el culto a
este dios algo emparentado con el culto a Jahvé, y Melquisedek está muy cerca
de la fe en ese único “Dios supremo que ha creado el cielo y la tierra” (v. 22).
- No existe otro texto en el
A.T. donde se rinda homenaje a un ministro de culto pagano, una actitud tan
tolerante. Melquisedek tomó la iniciativa ofreciendo un banquete al vencedor y
le bendice con la bendición de su Dios (El fue quien ayudó a Abraham). Y
éste le paga el diezmo en reconocimiento de un derecho de
propiedad.
- La interpretación de este
pasaje trata de relacionar a Abraham con el lugar donde se asienta el trono de
David. Abraham se inclina ante quien ocupa el puesto del futuro Ungido.
Pero también era un reclamo a los israelitas y judíos posteriores que imitando
a Abraham habían de pagar el diezmo al ungido de Jahvé. Desde este hecho
Abraham se sintió ya obligado respecto al lugar y al rey de Jerusalén (profecía
de Natán). De Melquisedek surgen las únicas palabras sacras de este relato.
I Cor. 11, 23-26
(v. 23)
- Después que Pablo ha reprendido a los corintios en el modo
de celebrar sus solemnidades, les muestra positivamente en qué espíritu deben
celebrarlas y busca un apoyo en la misma institución de la Cena del Señor. Así
sólo le hace falta recordar el texto exacto de la liturgia de la institución,
bien conocido por los corintios en cada solemnidad. En las palabras de Jesús y
en el hecho que indican, se encierra todo. Es el “relato de la institución”.
Pablo lo relata apoyado en la tradición (Mc 14, 22-25; ICor15, 8; Lc 22,
19-20). La redacción de Pablo y de Lucas tienen íntima conexión entre sí, así
como la de Mateo y Marcos. La de Pablo es la más antigua, por eso merece
particular importancia. Su origen se remonta al mismo Señor.
- La antigua
fórmula de culto y el actual canon romano, han considerado importante el origen
y las circunstancias de este acto, “la noche en que era entregado”. La
Eucaristía que la Iglesia celebra tiene una exacta referencia histórica: “la
última cena” y la mención de “la noche” tiene un sentido simbólico: noche
terrible, en la que la humanidad evidenció tanta maldad y cobardía y se ha
convertido en el origen de una acción divina: toda la oscuridad fue vencida y
superada.
- “En que era entregado”
: alusión al destino del Siervo de Jahvé de Isaías que fue destinado a la
muerte: alusión a los corintios que se reservaban para sí mismos lo que más
apetecían, en contraste con Cristo que se nos dio todo.
(v. 24)
- “Tomó pan y recitando la acción de gracias, lo partió y
dijo…”, palabras rituales del Antiguo Testamento, pero que aquí, agradecer y
bendecir el pan significan una misma cosa. “Partir”, no como los corintios que
no reparten nada. “Esto es mi Cuerpo para vosotros”, palabras que son propias
de Jesús: el Cuerpo que se entregará por ellos a la muerte en la cruz y ahora
en el ocultamiento y significación del pan, partido en comida. “Haced esto en
memoria mía”, recitado antes del pan y del vino en esta fórmula de Pablo. Y es
que Jesús no se refiere al mero comer y beber, sino a toda la acción
eucarística. “Memoria”, es algo más que un recuerdo subjetivo, es un hacer
objetivo, una acción festiva, que hace presente una acción salvífica del pasado
y así posibilita de nuevo el camino de acceso a la salvación: es el
“sacramento” de hoy: acción simbólica que causa lo que representa. El pan y el
vino son señales de la entrega de Jesús por sí mismo al sacrificio de la muerte
y hacen presente, misteriosamente, este sacrificio repartiendo sus frutos entre
los fieles.
(v. 25)
- El pan se tomaba al principio de la cena y el vino lo
tomaban al final “después de haber cenado”. “La Alianza”, el pacto nuevo (Jer
31, 31).
(v. 26)
- En el acto total de esta acción, se hace presente singular
y eficazmente la muerte del Señor: “se anuncia”, “se proclama”, es una especie
de actualización. “Hasta que Él venga”. El que se da en el Pan y el Vino, es el
Viviente, el Resucitado. La Eucaristía se distiende entre dos polos: su muerte
y su última manifestación en gloria y poder. Mas a los corintios, debido a su
egoísmo, les recuerda Pablo que el Reino de gloria todavía no ha venido.
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