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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 23 de mayo de 2024

Reflexión: "LA VACUNA CONTRA EL CÁNCER". Jueves 23 - Mayo - 2024

"Ventana abierta"

LA VACUNA CONTRA EL CÁNCER 
Web católico de Javier

Es increíble la cantidad de gente que pide oración por tumores malignos que sufren niños y adultos, hombres y mujeres. Es como si la enfermedad se extendiera cada vez más, como siguiendo un invisible hilo conductor que va anudando a toda la humanidad. Sin embargo, pocos piden oración por tumores del alma, tumores espirituales, que también se derraman sobre el mundo como una catarata de lodo que enturbia y oscurece, ahoga y mata.

Alguien me dijo una vez que es preferible tener un cáncer en el cuerpo, y no en el alma. Para mucha gente esta frase sonará extraña, porque se conoce muy bien el cáncer de la carne, sin embargo es bastante desconocido el cáncer espiritual, en sus alcances y consecuencias. Nuestra pobre alma, a pesar de que nuestro cuerpo goce de vida plena, puede estar muerta, muerta a la Gracia. Por eso es que una conversión es siempre el milagro más grande, porque es simplemente una resurrección de nuestra alma, una vuelta a la vida de Gracia. Como nuestro cuerpo tiene vida, también nuestra alma la tiene, cuerpo y alma no pueden ser vistos por separado. Así se ve a muchas gentes que caminan y viven, pero sin embargo tienen el alma vacía, mortecina. Los cánceres espirituales han ido ahogando a esas almas, hasta quitarles toda vida, toda luz y mirada espiritual. Gente que vive una vida vacía, sin Dios, sin un pensamiento o movimiento hacia el deseo de amarlo, de reconocerlo, de agradarle, de conocer y hacer Su Voluntad.

El alma, igual que el cuerpo, debe ser alimentada con cuidado, y cuidada en forma diaria. Si al cuerpo se le da comida basura durante  bastante tiempo, se enferma. Igual con el alma, sólo que la comida basura en este caso es lo que se ve en televisión, lo que se lee, lo que se aprende teniendo malas amistades. Si el cuerpo respira humo de cigarrillo, enferma en sus pulmones. Si el alma respira el humo de Satanás, pierde la capacidad de respirar el aire puro que trae el soplo del Espíritu Santo. Tumores que responden al propio descuido del hombre, a su falta de amor por su cuerpo, y su alma.

Cuando el cáncer ataca el cuerpo, y el alma está viva y saludable en la Gracia del Señor, se produce una unión con Dios en la seguridad del destino de gozo que esa alma tiene. La persona sufre miedos, dolores y tristezas humanas, pero una alegría espiritual envuelve su alma, en la visión anticipada del desposorio espiritual que se avecina. Cuando el cáncer ataca el alma, y el cuerpo está vivo y saludable, es poco lo que se nota a nivel humano. Sin embargo, esa persona está en peligro mortal, sujeta al riesgo supremo de que su cuerpo muera con su alma en ese estado, sin haber resucitado antes del tránsito ¡Difícil imaginar una situación más desesperante! Si, desesperante, porque esta alma no tiene esperanza, no se ha abierto a la Gracia que garantiza la promesa del Reino, más allá de las desventuras humanas que le toquen vivir.

Y finalmente, cuando el cáncer ataca cuerpo y alma a la vez, la persona se enoja con la vida, con Dios, con quienes la rodean. Por supuesto, si no hay esperanza, sólo queda la desesperación. Hay que dar ayuda a estas almas, para sanar el cáncer del cuerpo, pero fundamentalmente el del alma. Que en el dolor y la enfermedad la persona reconozca y recupere a Dios. Si el alma resucita, y la persona vuelve a sonreirle, a llorar, a pedirle, podrá pasar cualquier cosa al cuerpo, pero el alma estará salvada para toda la eternidad.

Hay muchas personas que sólo piensan en fiestas en las que todos beben, todos fuman, todos se adormecen con música que atonta. La  publicidad nos vende un mundo de almas muertas. Veo la imagen de cuerpos vacíos, que se mueven y hablan, que están todo el día pendiente del teléfono móvil, pero están vacíos espiritualmente. Estos cánceres espirituales son invisibles a los ojos humanos, como muchos tumores malignos del cuerpo también lo son. Hace falta buen diagnóstico para reconocerlos, a tiempo, y proceder a la terapia que intente una cura. Pero, irremediablemente, sin una cura efectiva ambos conducen a la muerte.

Mientras tanto, los cristianos tenemos la vacuna contra el cáncer espiritual guardada en nuestra casa, y no la damos a los enfermos ¡Tenemos la cura y no la compartimos con los demás! Para hacer las cosas más ridículas aún, ni siquiera usamos la vacuna en nosotros mismos. Nos estamos muriendo y la tenemos guardada allí, sin que nadie la utilice. Muchas veces tenemos ante nuestros ojos a nuestros propios hijos muriéndose de cáncer del alma, y ni siquiera movemos un dedo para darles la medicina. Somos tan necios, que pese a haber sido educados como médicos del alma, discípulos del Medico Salvador, no ejercemos la profesión de la que fuimos investidos en el Bautismo.

Está claro que es preferible un cáncer del cuerpo, que no mata el alma, y no un cáncer espiritual, que trae acarreada la muerte eterna. Un cáncer del cuerpo puede ser, en cambio, la puerta a la resurrección del alma. La medicina está a nuestro alcance: es la Palabra de Dios, Palabra de Amor que envuelve a todo el universo, que resucita y da vida, vida eterna.

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