"Ventana abierta"
Web católico de Javier
Si yo fuera el Diablo, ¿saben qué es lo que
haría?
Tomaría el control de la nación más poderosa de
la Tierra.
Convencería engañosamente a la gente de que su
poder es el resultado de su propio esfuerzo en vez de una concesión de las
bendiciones divinas.
Fomentaría una actitud de amar las cosas y usar
a la gente, en vez de lo contrario.
Conduciría a estados enteros a depender de los
juegos de azar como principal fuente de ingresos fiscales.
Convencería a la gente que la integridad no es
importante para desempeñar un puesto de autoridad.
Legalizaría el aborto para que las madres
tuvieran el derecho de asesinar a sus bebés.
Promovería que fuera socialmente aceptable
quitarse la vida e inventaría máquinas para que resultara fácil.
Le restaría todo el valor posible a la vida
humana, de tal forma que se valorara la vida de un animal más que la de una
persona.
Marginaría a Dios de los colegios y haría que
aun la mención de Su nombre fuera motivo suficiente para entablar una demanda judicial.
Me apoderaría de los medios de comunicación a
fin de que cada noche pudiera contaminar la mente de todos los miembros de la
familia según mis designios.
Atacaría el concepto de familia, que es la
columna vertebral de cualquier nación.
Animaría a la gente a expresar sus fantasías
más depravadas en lienzos y pantallas de cine, y lo llamaría arte.
Persuadiría a la gente de que los conceptos del
bien y mal los establecen unas cuantas personas que se erigen en autoridades y
se refieren a su agenda en términos de lo políticamente correcto.
Facilitaría el acceso a múltiples redes
sociales, para distraerlos permanentemente y dejarles sin tiempo para pensar en
Dios
Convencería a la gente de que la iglesia es
irrelevante y anacrónica y que la Biblia es para los ingenuos.
Adormecería a los cristianos y les haría creer
que la oración no es importante y que la fidelidad y la obediencia son
opcionales.
Inventaría videojuegos adictivos para que la
gente jugara horas y horas cada semana, dejándoles sin tiempo para hacer otras
cosas.
En realidad, dejaría las cosas más o menos así,
como hoy están.
Basado en el texto de Paul Harvey
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