"Ventana abierta"
El Papa Francisco se disculpó por decir que “hay mucho mariconeo” al reafirmar la prohibición a los sacerdotes homosexuales
El Papa Francisco emitió una disculpa tras ser
citado usando un término vulgar para reafirmar la prohibición de la Iglesia
Católica sobre la ordenación de sacerdotes homosexuales. El portavoz del
Vaticano, Matteo Bruni, reconoció la controversia desatada por los comentarios
del pontífice, realizados en una reunión a puerta cerrada con obispos italianos
el 20 de mayo.
La polémica surgió cuando medios italianos
informaron que el Papa utilizó la palabra despectiva «mariconería» durante el
encuentro. Según los reportes, Francisco empleó el término para subrayar la
posición del Vaticano de no admitir a hombres homosexuales en los seminarios ni
ordenarlos como sacerdotes.
Durante la conversación, el Papa habría
comentado en tono de broma que «ya había mucha mariconería» en los seminarios,
lo que provocó algunas risas incrédulas entre los asistentes. Según las
fuentes, el pontífice no parecía ser consciente de lo ofensivo que resulta
dicho término en italiano.
En su comunicado, Bruni reconoció la tormenta
mediática que se generó a raíz de los comentarios de Francisco, y reafirmó la
postura de la Iglesia sobre la cuestión. Desde 2005, con una instrucción del dicasterio
del Clero durante el pontificado de Benedicto XVI, y confirmada en 2016 por el
mismo Francisco, la Iglesia sostiene que «respetando profundamente a las
personas en cuestión, no puede admitir en el seminario y en las Sagradas
Órdenes a quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales
profundamente arraigadas o apoyan la llamada cultura gay».
El incidente ocurre en un momento delicado, ya
que los obispos italianos recientemente aprobaron un texto para regular la
admisión a los seminarios, conocido como la «Ratio formationis sacerdotalis”.
Este documento, aún pendiente de la aprobación final de la Santa Sede, incluye
una corrección que distingue entre orientación homosexual simple y tendencias
profundamente arraigadas, permitiendo la admisión de homosexuales siempre que
puedan mantener la disciplina del celibato. Sin embargo, según las
reconstrucciones de los medios, el Papa habría rechazado esta posibilidad,
reafirmando que los homosexuales no deberían ser admitidos en los seminarios
bajo ninguna circunstancia.
La disculpa del Papa busca mitigar las
repercusiones de sus comentarios y subraya su compromiso con el respeto y la
inclusión, a pesar de la firme posición doctrinal de la Iglesia sobre la
homosexualidad.
Fuente: Infobae
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Importante
P. Leonardo Molina García. S.J.
A mis amigos
Sin tener apenas más información que la de la
Prensa y la TV (lo confieso) voy a dar mi versión a las famosísimas palabras
del Papa que dijo que “en los Seminarios hay mucho mariconeo…”
1. Hombre, por mucho que sea argentino y sea tan
buen comunicador, me parecen palabras un poco inoportunas. Tanto, que Él mismo
se ha excusado, creo haber oído.
2. Pero trato de explicarlo: el Papa está muy
preocupado por la formación en los Seminarios. De tal manera que ha hecho una
especie de auditoría…
3. No ha dicho que haya muchos maricones, sino
mariconeo… que no es lo mismo. Fuerte expresión, expresiva en demasía,
pero que denota cierta necesidad de vigilar, no sea que nos encontremos con consecuencias
peores o, incluso, desastrosas en las circunstancias actuales.
4. “No podemos meter la zorra en el gallinero”… un
depredador, un abusador, un desquiciado psicológico, en una tarea que necesita
ciertas cualidades mínimamente sanas. Lo mismo, claro está, que si actúa mal un
heterosexual.
5. No es que desprecie a los homosexuales, es que, si son activos, (ya me entendéis) pueden ser después dañinos… Tienen tanta
dignidad como la nuestra, (los juzgadores) pero no los creemos aptos para determinadas
funciones en la iglesia. Tú no llevarías a tus hijos a un educador
depredador, obsesivo y maniático… fuera homo o hetero sexual.
6. Es cierto que difícilmente encontremos un
sacerdote perfecto, y, además, intachable. Pero hay grados…
7. El otro día, nos contaba una señora de un
sacerdote, en un pueblo, borracho y perseguidor de mujeres, desquiciado. Era,
por otro lado, buena persona. Consideraban en el pueblo que el Sr Obispo
debería apartarlo del ministerio y no, simplemente, destinarlo a otro pueblo.
Lo que trasladaría sería el problema. Y no hablamos de memoria. Pasó.
8. Ese sacerdote, todo pecador, merecen
nuestro respeto, cariño y atención, pero no pueden seguir en esa función.
Merece toda la ayuda necesaria psicológica, y espiritual, nunca el desprecio,
pero…
9. Así que las palabras del Papa, denotan un
síntoma a corregir y nos hacen pensar. Respeto, cuidado, ayuda, todas las del
mundo. ”¿Quién soy yo para juzgar ¿ -decía el mismo Papa Francisco. Pero
cuidado con las funciones.
10. Se ha metido en un lío: la prensa ha encontrado carnaza. Muchos se han escandalizado. Pensemos.
Leonardo Molina S.J.
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