"Ventana abierta"
ENCUENTRO
Yo - Tú - Nosotros
P. Horacio Solís Iglesias. S.S.P.
Aquí estoy
He pensado en ti y en aquellos momentos que te apetece compartir. Aquí me tienes.
LA SOLEDAD
Buenos días amig@
La persona es un ser en relación. Comunicarse es el anhelo profundo del corazón humano; sin embargo, el ser humano necesita la soledad. Ésta es unas veces querida, otras impuesta. Mas de algo estamos convencidos: para llegar a una auténtica comunicación hemos tenido que pasar primero por la experiencia o vivencia de la soledad.
Esa soledad positiva, constructiva, reflexiva, exigente, radical, verdadera. Soledad que rompe toda clase de lazos, que lleva al anonadamiento total porque todo radica en la dimensión interior. "Cristo sin dejar de ser Dios"..." (cfr Filp 2, 1-11).
La soledad auténtica es enriquecedora, es comunicativa, se vuelve amor y necesita manifestarse. Es comunicación sin límites. Es salvadora porque libera y ayuda a liberar. Ama y ayuda a amar. Su lenguaje es nuevo, profundo. Testificador de que la comunicación es posible. Es necesaria a pesar de tantos miedos o quizá de algún fracaso en nuestras comunicaciones.
La auténtica soledad es el camino del dolor, del desprendimiento, del sudor de sangre, pero que conduce a la salvación, a la redención universal. Sin embargo, no es válido el quedarse en el dolor del Viernes Santo. Hay que pasar a la Pascua de la Resurrección, a la vida y, por tanto, al testimonio del Resucitado. Él sigue vivo. Está con nosotros. Tan cerca y a la vez tan lejos. Visible pero invisible. Cercanía que un día se hará realidad eterna porque el hombre es capaz de acogida, de encontrarse y dialogar (rezar) con su Creador.
Señor, que descubra mi soledad. La auténtica como la tuya.
Feliz día para todos.
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