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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 19 de febrero de 2020

Rincón para orar. UN CIEGO QUE VE POR EL PODER DE JESÚS. Miércoles, 19 - Febrero - 2020

"Ventana abierta"


Rincón para orar


Sor Matilde


UN CIEGO QUE VE POR EL PODER DE JESÚS


22 Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque.
23 Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: « ¿Ves algo? »
24 El, alzando la vista, dijo: « Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan. »
25 Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas.
26 Y le envió a su casa, diciéndole: « Ni siquiera entres en el pueblo. » (Mc. 8,22-26)
La vida de un ciego en tiempos de Jesús era muy penosa, pues su imposibilidad para cualquier trabajo le obligaba a pedir limosna para poder vivir. Estos se colocaban o eran colocados por una mano amiga a la entrada de las ciudades, donde concurrían los transeúntes que podían remediar, en algo, su desgracia.
El evangelista Marcos, nos habla aquí de uno de estos ciegos. Pero su situación era compadecida por “alguien” que le quería, pues se nos dice que “algunos lo trajeron a Jesús para que lo tocase”. Se supone que Jesús se compadeció del ciego, pero admiró el amor de los que se lo llevaron…
“Jesús le sacó de la aldea de Betsaida cogiéndole de la mano”… Los discípulos y los amigos siguieron a Jesús, con la confianza de ver uno de sus milagros, devolviendo la vista a su compañero…
Jesús, no le curó inmediatamente sino que lo sometió primero, a los remedios curativos de la época: “le untó saliva en los ojos, le impuso las manos” y le preguntó si veía algo… La respuesta del ciego es curiosa: Se ve que no era ciego de nacimiento, pues éste no habría dicho: “veo árboles y parecen hombres que andan”. Uno que nunca vio, no puede hacerse idea de la corporeidad de los árboles y de los hombres… “De nuevo le impuso las manos sobre los ojos y percibía todo con gran claridad”… ¡Estaba curado!... Y se supone, aunque el evangelista no lo dice, que se puso a dar gloria Dios…
Entre nosotros no hay muchos ciegos de la vista, pero ¡ay, sí que hay muchos ciegos de la fe en Jesús y del amor a Él!… A todos estos hermanos nuestros tendríamos que llevarles ante Jesús para que les toque el corazón, con el poder de sus manos y les “unte con la saliva” de su gracia, hasta poder decir: “¡gustad y ved qué bueno es el Señor!”…
Dios quiere que tengamos siempre los ojos limpios; que ninguna mala acción empañe la visión de la voluntad de Dios sobre nosotros y nuestra vida: ¡Una fe fuerte que vea y pueda dar luz y claridad a los que no la tienen!... ¡Nuestros ojos son también de nuestros hermanos!…. Y si nuestra compasión hacia estos invidentes no está con un grado de amor que les devuelva la vista de la fe, pues llevémoslos a Jesús en el fervor de nuestra oración y súplica…
Muchas veces el Señor nos hace apóstoles, no con nuestras manos o con nuestra palabra, sino con una oración escondida, llena de confianza y abandono en Jesús…
¡Busquemos a los ciegos del mundo y demos infinitas gracias a Dios que nos ha regalado el don precioso de la fe!...

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