ventana

ventana

Sean bienvenidos

Sean bienvenidos

Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 28 de enero de 2020

Homilía: San Marcos 3, 31-35. Martes, 28 - Enero - 2020

"Ventana abierta"


Celebra la Iglesia a Santo Tomás de Aquino. La Orden de Predicadores de un modo especial pone su mirada en esta figura de la Orden. En la oración colecta se pide la gracia de comprender su doctrina e imitar su vida. Se mencionan dos rasgos de su vida: anhelo de santidad y su conocimiento de las ciencias sagradas. Las peticiones hechas están relacionadas con esos dos rasgos destacados.
Al celebrarse en toda la Iglesia como memoria obligatoria, las lecturas que se ofrecen pertenecen a la lección continuada, en este ciclo A.
La presencia de Dios en medio de su pueblo produce una gran alegría
El traslado del Arca de la Alianza por parte del rey David tiene dos momentos. Rescatada del poder de los filisteos, David quiere colocarla en el centro del nuevo poder, la ciudad de David, Jerusalén. Un incidente en su traslado con efectos mortales, le llena de temor y la deja en casa de Obededom. La bendición de la casa de Obededom debido a la presencia del Arca, anima a David a llevarla a su ciudad. Es lo que nos describe la lectura proclamada.
El júbilo del rey se hace extensivo a toda la comunidad de Israel. Una experiencia compartida por todos: Dios está en medio de su pueblo y eso les llena de júbilo. Los signos de su presencia, en este caso el Arca, provoca esta alegría, que conlleva al mismo tiempo, un sentido de comunión del rey con su pueblo. “Él y toda la casa de Israel iban subiendo el Arca del Señor entre aclamaciones y al son de trompetas.” Unidad con Dios y unidad en la casa de Israel. No puede ser de otra manera.
“David ofreció ante el Señor holocaustos y sacrificios de comunión.” Es como si quisiera poner de relieve que el culto más agradable a Dios se expresa en la entrega total a Él y en la comunión que con Él se establece y se extiende a todos los miembros de la comunidad. El texto está lleno de gestos que así lo ratifican.
La bendición que imparte el rey sobre el pueblo en nombre del Señor del universo, no se limita a una fórmula llena de buenos deseos, sino que va acompañada de la simbólica comunión de bienes: “Repartió a todo el pueblo, a la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, una torta de pan, un pastel de dátiles y un pastel de uvas pasas.” Todo esto hace resaltar que la unidad gozosa del momento vivido tiene su origen y fundamento en la presencia de Dios, cuyo signo para Israel es “el Arca de Dios”.
Acampó entre nosotros
Para nosotros no resulta extraña la reacción de Israel. El Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros. La cercanía de Dios con la humanidad es totalmente determinante por la encarnación y proclamamos que vive en medio de nosotros. Ello debe ser causa de inmensa alegría. Experimentar que se ha unido en cierto modo con cada uno de los seres humanos y que gracias a ello la comunión de toda la humanidad no sólo es posible, sino que es la base misma de una existencia verdaderamente humana.
Termina el pasaje diciendo: “Tras lo cual, todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.” La experiencia de comunión vivida no se pierde de vista, aunque se retiren y cada uno vuelva a su casa. Esta casa que es la comunidad está llena de la presencia de Dios y por lo mismo es causa de inmensa alegría.
¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Si en el caso de Israel la comunión que origina la presencia del Arca, señala la causa de la alegría de la comunión: “Qué gozo y que alegría vivir los hermanos unidos.” La pregunta de Jesús provoca una reflexión sobre la novedad de las relaciones interpersonales que ha venido a realizar. Si en él todo se transforma, haciendo nuevas todas las cosas, no podían quedar al margen las relaciones personales. Más aún, el vínculo que une a los discípulos es más fuerte y determinante que los lazos de la sangre.
Llegan a él su Madre y sus hermanos y la gente se lo advierte. El sentido familiar y la solidaridad entre los miembros de una familia tienen una especial relevancia en la comunidad judía. Sin embargo Jesús pasa por encima de ellas. Tiene mayor valor la novedad que en él se origina: “Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.” El acento recae en la escucha y vivencia de la voluntad de Dios. El principio de solidaridad está en hacer la voluntad de Dios. Jesús es la máxima expresión de entrega a la voluntad del Padre; María ha escuchado y vive la voluntad de Dios, sometiéndose a ella. Por lo tanto todo el que se sitúa en ese plano, goza de una nueva forma de relacionarse: con Dios, filialmente y entre sí, como hermanos, por tener un mismo origen: hacer la voluntad de Dios.
Nosotros podemos preguntarnos ¿nuestra comunión se asienta siempre en este principio?
¿Nuestra alegría expresa la íntima comunión con la experiencia de la presencia de Dios en cada ser humano?
Fr. Antonio Bueno Espinar O.P. Convento de Santa Cruz la Real (Granada)

No hay comentarios: