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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 10 de septiembre de 2019

Semblanza de la Hna. PILAR GÁRGOLES MORENO. Martes, 10 - Septiembre - 2019

"Ventana abierta"


Semblanza de 
PILAR GÁRGOLES MORENO

A Pilar se le hacía muy largo el tiempo de la espera. Desde que tuvo que renunciar a su empleo de sacristana, desde que apenas podía aportar “nada” a la vida comunitaria, su carácter  impaciente y activo se rebelaba ante una espera que no podía ni quería entender. ¿Por qué no me recoge el Señor? ¿A qué espera? Cuando unas semanas antes falleció su hermano Manolo, ya había dejado de protestar. No sabía que  ya era su momento también. 

Había nacido en Mazuecos, Guadalajara, el día del Pilar de 1925. La segunda de 5 hermanos, y desde muy chica, enormemente responsable de todos ellos. Era muy niña cuando empezó a trabajar fuera de casa, en la casa de “los señores”, en Drieves; les guardaba enorme gratitud, pues allí había aprendido tantísimas cosas! (Mantuvo una preciosa relación de amistad con las hijas de la casa mientras vivieron.) Trasladados a Madrid, en la casa de Alonso Martínez, dejaba dormidos a los niños a su cargo y se escapaba a misa de 6 en las Salesas, pues ya sentía la llamada de Dios. Y nunca la descubrieron! Cuando les dijo a sus padres que quería ser religiosa, que iba a misa a diario… entonces sí que se lió: Se acabaron las escapadas mañaneras por exigencia de sus padres, y como condición para que siguiera viviendo en Madrid. La llamada de Dios se hizo cada vez más fuerte y Pilar la siguió contra viento y marea, llegando a buen puerto al noviciado de Santa María de Huerta el 25 de julio de 1948

Guardaba un recuerdo entrañable de esa época de su vida, de la Maestra de Novicias, (La Madre Ziganda), y además se formó como “refitolera”, aprendiendo, (cosas de la obediencia), a hacer postres dulces sin azúcar… por las penurias de la época. Hizo los primeros votos el 6 de Enero de 1951,  e inició su vida de aspirante en El Valle, trabajando como despensera por 4 años, y otro más en Chamartín con el mismo empleo en el que ya era eximia.
Para la Probación volvió a Santa María de Huerta, y el compromiso definitivo se selló el 29 de Septiembre de 1957. El nombre de su Probación la marcó: Ofrenda a la obra redentora, y la divisa: “Ayúdame en esta obra de amor.” Tras  otro año en Chamartín, recibió uno de los regalos mayores de su vida: ser misionera en Perú.

El envío al Perú fue un gozo para ella, un mazazo para sus padres y hermanos. En Perú pasó unos años inolvidables en la Normal de Monterrico. Con su memoria prodigiosa, recordaba muchos años después que tal nueva provincial, tal persona de paso en España etc habían sido estudiantes en “el colegio”: en sus contactos de e-mail conservaba varios nombres de allá a los que nunca faltaba su felicitación navideña y su recuerdo entrañable. Estuvo en La Normal 10 años, y luego 3 más en Trujillo ayudando en el colegio. De Perú nos han llegado notas entrañables sobre su paso por allí. Fueron 13 años muy intensos en los que cuajaron muchas de las que serían sus cualidades humanas más notables: Abnegada, entregada, ejemplar, muy atenta a las personas mayores,  silenciosa y observante, persona de recogimiento y oración. La dejaron marchar con pena y agradecimiento…

Su etapa misionera acabó abruptamente en 1971, cuando su madre, ya muy enferma, hizo valer sus derechos de madre y pidió-¿exigió? que volviera y al menos estuviera cerca. A su madre también le preocupaba mucho el menor de los hijos, Aurelio, no suficientemente capaz de vivir de forma autónoma. Pidió a Pilar que, como ella no tenía hijos que cuidar, se hiciera cargo del muchacho. Y Pilar, responsable como siempre, prometió cuidarle. ¡Cómo cumplió su palabra! Tanto desde Torreblanca como desde Torrejón pudo estar cerca de sus padres hasta el final, y seguir los pasos de Aurelio, ayudada por los hermanos que seguían en el pueblo. Cuando Aurelio se deterioró demasiado, consiguió que entrara en una residencia de mayores de un pueblo cercano, donde fue muy querido y cuidado hasta su fallecimiento hace 4 años. Misión cumplida.

En 1982 comenzó su etapa canaria en Castillo del Romeral. Una comunidad pequeña, abierta y comprometida donde se sintió a sus anchas. Descubrió facetas nuevas y posibilidades nuevas de su persona que enriquecieron aún más su vida y la de los cercanos. Fundó una Asociación de Mujeres haciéndose cargo del papeleo, aprendiendo con ello, perdiendo el miedo a enfrentarse con tareas desconocidas pero necesarias. Máquina de escribir, clases de corte y confección etc etc. Entre El Castillo y Balos desarrolló una labor intensa y profunda, dejando huellas muy hondas de cariño entre aquellas mujeres. Volvió a Canarias como “regalo” de sus bodas de oro en 2007,  y gozó lo que no está escrito, y los días no daban abasto para tantos reencuentros!

Tras Canarias, Torreblanca la recibió en 1992, durante un periodo de 6 años en los que se dedicó prioritariamente a la pastoral de enfermos. También ahí creó un mundo de relaciones muy interesante que siguió con cariño y fidelidad hasta el final. El día del Pilar era un chorreo continuo de llamadas de Canarias, de Torreblanca… Pilar ha sabido siempre crear relaciones cordiales y enriquecedoras, y pese a las sucesivas “obediencias”, la fidelidad a esas relaciones ha sido una característica suya.

Tras Torreblanca, Torrejón de Ardoz la recibe de nuevo y  le da un cauce para sus últimos años de vida activa. Llega en 1998, y va a estar dando la vida, sin límite, durante 16 años. Se vuelca en la Parroquia, en Cáritas y especialmente en la pastoral de enfermos a la que da un fuerte impulso. Visita a los enfermos, les sigue visitando en las residencias, lleva la comunión, reza con ellos y “envuelve” a las familias en esa otra atención que el enfermo tanto necesita. Durante todos esos años está a la disposición de la parroquia, “poniendo firmes” si lo ve necesario al Párroco y a los otros Padres (los sacerdotes del Sagrado Corazón). Lo recordaban en la Eucaristía del 15 de Junio en Torrejón !!! Y en medio de toda esa actividad, cuida de la comunidad con todo su saber culinario, y es un testimonio de austeridad y don  de sí.

Cuando comprende que ya “las fuerzas no dan para más” acepta con normalidad la obediencia para Chamartín, etapa que ya sabe definitiva y que va a vivir entre nosotras con toda la fuerza de su carácter, aceptando mejor o peor las sucesivas disminuciones, en el empleo de sacristana que la hizo muy feliz, en la silla de ruedas cuando no podía andar, impaciente con sus limitaciones y esa espera “tan larguísima” de la llegada del Señor. El sobrino sacerdote, Javier, le mandaba cada día una reflexión muy cuidada sobre el evangelio del día, y eso la obligaba a abrir el ordenador. Ponía tanto interés en lo que le llegaba por varios cauces, que aprendió lo bastante para mantener algunas relaciones antiguas. También estaba muy pendiente de alguna “ocasión” para Perú, a donde enviaba lo que podía ahorrar para las niñas del Agostino, ¡siempre Perú en el corazón!

Y el encuentro final con su Señor ha llegado “casi como ladrón”, en cuestión de horas, con mucha paz. Viene muy a cuento la poesía de Casaldáliga: 

“Al final del camino me dirán:
¿has vivido? ¿has amado?
Y yo, sin decir nada
abriré el corazón, lleno de nombres.”

La Comunidad de Chamartín

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