"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
PARÁBOLA DEL ADMINISTRADOR INFIEL
1 Decía también a sus discípulos: « Era un
hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar
su hacienda;
2 Le llamó y le dijo:
"¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no
podrás seguir administrando."
3 Se dijo a sí mismo el
administrador: "¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración?
Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.
4 Ya sé lo que voy a hacer,
para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus
casas."
5 « Y convocando uno por uno
a los deudores de su señor, dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi
señor?"
6 Respondió: "Cien
medidas de aceite." Él le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida
y escribe cincuenta."
7 Después dijo a otro:
"Tú, ¿cuánto debes?" Contestó: "Cien cargas de trigo."
Dícele: "Toma tu recibo y escribe ochenta."
8 « El señor alabó al
administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este
mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz.
9 « Yo os digo: Haceos
amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en
las eternas moradas.
10 El que es fiel en lo
mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo
es en lo mucho.
11 Si, pues, no fuisteis
fieles en el Dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero?
12 Y si no fuisteis fieles
con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro?
13 « Ningún criado puede
servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; (Lc.
16, 1-13)
He aquí otra parábola de Jesús sobre el buen
y mal uso de las riquezas.
Este administrador no era fiel, pues las
ganancias del patrimonio de su amo las usaba para bien personal y para aumentar
sus riquezas. Alguien avisó al Señor de lo que estaba pasando y éste sometió a
juicio al administrador para que le diera cuenta del modo en que usaba sus
bienes. Pero el mayordomo, no pasó el examen en su interior, con lo que les
daba la razón a los que lo habían denunciado…
Rápidamente usó de su sabia astucia para
poder salir airoso de este embrollo. Como no quería perder su posición social,
siguió usando del fraude con su amo, pero en esta ocasión, perdonando, por sí
mismo, las grandes y pequeñas deudas de los que no podían pagar a su Señor. Éstos al ver la liberalidad del administrador, quedarían muy agradecidos de
estos gestos y le tendrían por amigo… Esto es lo que pretendía este
administrador… El hecho de que era un ladrón y usurero no interesaba a Jesús
para su enseñanza, así como tampoco al hombre rico, que no se paró en sus
bienes dilapidados por su criado, sino que alabó la sabia astucia que tuvo para
seguir usando de su patrimonio en su provecho…
Y Jesús añadió: “Ciertamente, los hijos de
este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz”…Jesús,
no alaba ni bendice la riqueza en sí, pero sí afirma, categóricamente, que los
bienes de esta tierra son para ganarnos “amigos”, que nos reciban en las
Moradas Eternas. Y estos “amigos” son los pobres, los menesterosos de lo
necesario para vivir… Siempre en este mundo, los bienes materiales estarán mal
repartidos: a algunos les sobrarán y a otros les faltarán… Pero un hijo de
Dios, no estará en esta desigualdad, sino que imitará a Jesús, “que siendo rico
se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza” y también: “se despojó de su
rango y tomó la condición de esclavo”, llegando a decir que “no tenía donde
reclinar la cabeza”…
Si en esto que es caduco, yo obro con
fidelidad, el Señor de la Gloria “me dará lo que vale de veras”, me llevará
consigo y me sentará a su mesa en su Reino…
¡Amemos a los pobres, porque ellos serán los
“amigos de Dios” que nos abrirán el Cielo, porque “cuando tenían hambre y sed y
andaban desnudos, y en la cárcel” y toda otra carencia, yo les eché una mano y
vi en ellos a Cristo, que me pedía mi corazón y vida para saciarse en mí y de
mí!...
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