Tú, Señor, eres Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, que te vean los más débiles, que me abra con generosidad a las necesidades materiales y también espirituales, de aquellos que me necesitan.
Tú, Señor, no estás lejos, preparas casa a los desvalidos, alivias con la lluvia la tierra extenuada. Por esa cercanía estamos alegres siempre en tu presencia.
Tú que enalteces al humillado y humillas al orgulloso.
Pedirte, Señor, que me hagas ver como Tú ves, perdón frente al odio, alegría ante la tristeza, humildad ante la soberbia, que así me acerque a la Jerusalén del Cielo, al Mediador de la Nueva Alianza, Jesús.
Porque, Señor, has preparado tu Casa a los pobres, a los desvalidos".
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