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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 5 de junio de 2024

Reflexión: "PROHIBIDO QUEJARSE". Miércoles, 5 - Junio - 2024

"Ventana abierta"

PROHIBIDO QUEJARSE
Web católico de Javier

Pensaba que mi vida no iba bien. Sentía que algo siempre me faltaba. Entonces hablé con Dios.

- Me quejé de lo que me salió mal en el trabajo, pero no agradecí las manos que tengo para trabajar y el hecho de poder tener un trabajo que sustenta mi vida.

- Me quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos, pero no agradecí el hecho de tener una familia.

- Me quejé cuando no tenía lo que más me gustaba para comer, pero olvidé agradecer el hecho de tener qué comer.

- Me quejé de mi salario, cuando millones ni siquiera tienen uno por estar parados.

- Me quejé porque no apagaban la luz de mi cuarto al salir, pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener alguna luz encendida.

- Me quejé de no poder dormir un poquito más, olvidando a quienes darían todo por tener su cuerpo sano para poder levantarse.

- Me quejé porque mi madre me reprendía, cuando millones desearían tenerla viva para poder honrarla y abrazarla.

- Me quejé porque no tenía tiempo, cuando me solicitaron dar una charla sobre Jesucristo, olvidando el privilegio que es poder hablar a otros de Su infinito Amor.

- Me quejé porque mi tren llegó tarde. Olvidé que hay millones de personas que han tenido que abandonar su casa y sus pertenencias, por sufrir persecución religiosa o por huir de la guerra, que viajan en tren buscando refugiarse en países más prósperos.

Dios me iluminó en esa conversación y entonces comprendí mi egoísmo y lo ingrato que he sido con Él. Fue cuando entonces comencé a agradecerle todas las cosas que había olvidado, y aún más de aquellas por las que tanto me quejaba.

Recuerda este proverbio: "Pobre del que, al final del día, no sepa qué agradecer ni a Quien".

¡Que Dios bendiga tu día! Y ya sabes... ¡no te quejes!

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