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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 23 de junio de 2024

Homilía: "QUIÉN ES ESTE? ¿QUIÉNES SOMOS NOSOTROS?". "Tormentas". Domingo XII del TO. CICLO B. 23 - Junio - 2024

"Ventana abierta"

 

P. Leonardo Molina García. S.J.
QUIÉN ES ESTE? ¿QUIÉNES SOMOS NOSOTROS?
José Luis Sicre Díaz
Domingo 12. Ciclo B.

El episodio de hoy supone un gran paso adelante en la revelación de Jesús. Al principio, cuando la gente lo oye hablar y actuar en la sinagoga de Cafarnaúm, se pregunta asombrada: «¿Qué es esto?» (Mc 1,27). Más tarde, cuando cura al paralítico, exclama: «Nunca hemos visto nada igual» (Mc 2,12). Ahora, tras manifestar su poder sobre la naturaleza, calmando la tempestad, los discípulos se preguntan: «¿Quién es este?»"

El mar como símbolo de las fuerzas caóticas (Job 38,1.8-11)

En el mito mesopotámico de la creación (Enuma elish) el dios Marduk debe luchar contra la diosa Tiamat, que representa el mar, para poder crear el universo. El mar simboliza el peligro, la amenaza a la vida. (En términos modernos, el tsunami que devora y destruye la tierra firme.)

La primera lectura, del libro de Job, recoge este tema, pero despojándolo de sus connotaciones politeístas. El mar no es una diosa, es una fuerza caótica que amenaza con cubrirlo todo. El Señor no le machaca el cráneo ni la descuartiza, como hace Marduk con Tiamat; se limita a encerrarlo con doble puerta, a fijarle un confín en el que «se romperá el orgullo de tus olas».

El peligro del mar (Salmo 107)

El mar no es sólo una amenaza para la tierra firme, lo es también cuando se intenta cruzarlo en una pequeña nave como las antiguas. En el momento más inesperado se oscurece el cielo, estalla la tormenta, la nave sube y baja al ritmo frenético del oleaje. Sólo cabe la posibilidad de encomendarse a Dios. Esta es la experiencia que recoge el fragmento del Salmo 107, al que quizá mucha gente no preste atención, pero esencial para entender el evangelio de hoy.

Jesús, los discípulos y el mar (Marcos 4,35-41)

El pasaje del evangelio podemos dividirlo en cinco partes: 1) introducción: Jesús y los discípulos se embarcan a la otra orilla; 2) la tormenta: reacción opuesta de Jesús, que duerme, y de los discípulos, que lo despiertan asustados; 3) Jesús calma la tormenta; 4) Palabras de Jesús a los discípulos; 5) reacción final de éstos.

Tres de estas partes tienen especial relación con los textos de Job y el Salmo.

La segunda (la tormenta) recuerda la situación de grave peligro descrita en el Salmo. Pero, en este caso, los discípulos no se encomiendan a Dios, acuden a Jesús; no creen que pueda resolver el problema, simplemente les asombra que duerma tan tranquilo mientras están a punto de hundirse.

La tercera, en cambio, recuerda la lectura de Job, no por el tono poético, sino por el poder y la autoridad suprema que Jesús manifiesta sobre el mar, semejante a la de Dios en el Antiguo Testamento.

La quinta, que habla de la reacción de los discípulos, recuerda la reacción de los navegantes en el Salmo, pero con un cambio fundamental: los marineros del salmo se llenan de alegría y dan gracias a Dios, los discípulos sienten gran miedo y se preguntan quién es Jesús. Curiosamente, Marcos no ha dicho que los discípulos tuvieran miedo durante la tormenta, pero ahora sí lo tienen; es el miedo que provoca el contacto con el misterio.

Prescindiendo de la introducción, la parte que queda sin paralelo es la cuarta, las palabras de Jesús a los discípulos, que les interroga sobre su miedo y su fe. La ausencia de paralelo sugiere que estas dos preguntas son esenciales en el relato. De hecho, el pasaje dice al lector dos cosas: 1) el poder de Jesús es semejante al que se atribuye a Dios en el Antiguo Testamento; poder para dominar el mar y poder para salvar. 2) Al escuchar la lectura, el cristiano debe reconocer que sus miedos son muchos y su fe poca. Conocer a Jesús no es saberse de memoria unas fórmulas de antiguos concilios. El evangelio debe sorprendernos día a día y hacer que nos preguntemos quién es Jesús.

Desde antiguo se valoró el aspecto simbólico del relato: la nave de la iglesia, sometida a todo tipo de tormenta, esa salvada por Jesús. Un aspecto que también podemos valorar a nivel individual.

¿Quiénes somos nosotros? (2 Cor 5,14-17)

Este breve fragmento de la carta podemos verlo como un complemento al evangelio de Marcos.

«¿Quién es este?», se preguntan los discípulos, sorprendidos por su poder sobre el viento y el mar. La respuesta de Pablo sobre quién es Jesús no se basa en el poder sino en la debilidad: «el que murió por nosotros». Pero esta aparente debilidad tiene un enorme poder transformador: convierte a los cristianos en criaturas nuevas. Ya no deben vivir para ellos mismos, «sino para quien murió y resucitó por ellos.»

Vivir para Cristo es la mejor síntesis de lo que fue la vida de Pablo después de su conversión. Viajes continuos, peligros de muerte, fundación de comunidades, persecuciones de todo tipo, prisiones, redacción de cartas… todo estaba motivado por el deseo de servir a Cristo y vivir para él. Un buen espejo en el que mirarnos.

José Luis Sicre

Leonardo Molina García. S.J.

​​​​​​​​​​​​​​​​Tormentas

De mi cosecha:
Tormentas. ¡Fuera miedo!

1.      Aclara Jesús, que nos está siempre orientando: hay tormentas en la vida. Y si no han venido todavía (cosa extraña) vendrán, vendrán. Unas son personales, otras sociales, otras son internacionales. Y eclesiales.

2.      Algunas son buscadas, otras acuden  sin pedirlas. Unas son “naturales” (edad, salud, relaciones conflictivas), otras provocadas por ti o por los de tu entorno.

3.      A veces esos períodos conflictivos - nunca deseados- vienen por nuestros propios errores, equivocaciones, cobardías, miedos. Inmadureces, egoísmos. Vaya, que nos los hemos buscado…Otros, son ofertones de la vida. Normales.

4.      Tormentas políticas, sociales, económicas, internacionales…Todas las épocas han tenido las suyas. Guerras, catástrofes, sequías, amenazas nucleares, cambio climático… ¡para qué seguir! Y no digamos los de la Iglesia, en la parroquia, en las Órdenes religiosas, la juventud, la falta de vocaciones…Y las “familiares”, tan próximas, tan acuciantes.

5.      Y entonces acudimos a los santos…a los intercesores, a los Cristos de nuestra  devoción… En Sevilla he visto las abundantes velas a san Expedito, al Buen Ladrón, a san Pancracio, a san Judas Tadeo…a santa Rita, a San… Todas estas velas o devotos y promesas pretenden librarnos de las tormentas. Clamamos a  veces en la misma Oración de los fieles. Noooo

6.      Y miramos a Cristo Crucificado. Muerto, callado, insensible a veces… ¿No te importa que nos hundamos, Señor?

7.    Y ya nos lo dijo: Lo despertaron y le dijeron: —Maestro, ¿no te importa que naufraguemos?  Se levantó, increpó al viento y ordenó al lago: —¡Calla, enmudece! El viento cesó y sobrevino una gran calma. Les dijo: —¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?

8.    Y es que, en la fidelidad a Jesús, descubrimos que ninguna tempestad nos hundirá. Ninguna. No sabemos cómo, ni cuando… pero Dios nunca nos abandona. Nunca.

9.    Dice la canción refiriéndose a la curación de un ciego: “Yo soy testigo del poder de Dios, por el milagro que Él ha hecho en mí. Yo estaba ciego, mas ahora veo la luz, la luz divina que nos dio Jesús…Nunca me ha dejado, nunca me ha desamparado. En la noche oscura, en el día se prueba, Cristo nunca nos desamparará”.(Marcos 10, 46-52)

10.  Por cierto. En la  cruz, llegó a clamar por su abandono…pero al final dijo dos palabras esenciales: Todo lo he cumplido (fidelidad) y Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

No tener miedo. Esperanza (largo plazo), pero llegará  el Señor y nos salvará.

Leonardo Molina S.J.

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