"Ventana abierta"
Web católico de Javier
Jesús mío, ayúdame a esparcir tu fragancia
dondequiera que yo vaya, inunda mi alma con tu Espíritu y tu Vida; penetra en
todo mi ser y toma posesión de tal manera, que mi vida no sea en adelante sino
una irradiación de la tuya.
Quédate en mi corazón con una unión tan íntima,
que las almas que tengan contacto con la mía, puedan sentir en mí tu presencia
y que, al mirarme, olviden que yo existo y no piensen sino en Ti.
Quédate conmigo. Así podré convertirme en luz
para los otros.
Esa luz, oh Jesús, vendrá de Ti; ni uno solo de
sus rayos será mío: yo te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines a
las almas a través de mí.
Déjame alabarte en la forma que es más
agradable, llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras en el camino
de otras almas.
Déjame predicar tu nombre con palabras o sin
ellas... con mi ejemplo, con la fuerza de tu atracción, con la sobrenatural
influencia evidentemente del amor que mi corazón siente por Ti.
Oración escrita por San John Henry Newman
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