"Ventana abierta"
Web católico de Javier Olivares
Tener fe es ACEPTAR los designios de Dios
aunque no los entendamos, aunque no nos gusten. Si tuviéramos la capacidad de
ver el fin desde el principio tal como Él lo ve, entonces podríamos saber por
qué a veces conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra
razón y a nuestros deseos.
Tener fe es DAR cuando no tenemos, cuando
nosotros mismos necesitamos. La fe siempre saca algo valioso de lo
aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad
en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud al que recibe y al
que da.
Tener fe es CREER cuando resulta más fácil
recurrir a la duda. Si la llama de la confianza en algo mejor se extingue en
nosotros, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. La
creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de
nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros.
Tener fe es GUIAR nuestra vida no con la vista,
sino con el corazón. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el
corazón necesita solo un rayo de esperanza. Las cosas más bellas y grandes que
la vida nos regala no se pueden ver, ni siquiera palpar, solo se pueden
acariciar con el espíritu.
Tener fe es LEVANTARSE cuando se ha caído. Los
reveses y fracasos en cualquier área de la vida nos entristecen, pero es más
triste quedarse lamentándose en el frío suelo de la autocompasión, atrapado por
la frustración y la amargura.
Tener fe es ARRIESGAR todo a cambio de un
sueño, de un amor, de un ideal. Nada de lo que merece la pena en esta vida
puede lograrse sin esa dosis de sacrificio que implica desprenderse de algo o
de alguien, a fin de adquirir eso que mejore nuestro propio mundo y el de los
demás.
Tener fe es VER positivamente hacia adelante,
no importa cuán incierto parezca el futuro o cuan doloroso el pasado. Quien
tiene fe hace del hoy un fundamento del mañana y trata de vivirlo de tal manera
que cuando sea parte de su pasado, pueda verlo como un grato recuerdo.
Tener fe es CONFIAR, pero confiar no solo en
las cosas, sino en lo que es más importante... en las personas. Muchos confían
en lo material, pero viven relaciones huecas con sus semejantes.
Cierto que siempre habrá gente que te lastime y
traicione tu confianza, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y
solo ser más cuidadoso con aquél en quien confías dos veces.
Tener fe es BUSCAR lo imposible: sonreír cuando
tus días se encuentran nublados y tus ojos se han secado de tanto llorar.
Tener fe es no dejar nunca de desnudar tus
labios con una sonrisa, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes
cuándo tu sonrisa puede dar luz y esperanza a la vida de alguien que se
encuentre en peor situación que la tuya.
Tener fe es CONDUCIRSE por los caminos de la vida de la forma en que un niño toma la mano de su padre. Es que dejemos nuestros problemas en manos de DIOS y nos arrojemos a sus brazos antes que al abismo de la desesperación. Fe es que descansemos en Él para que nos cargue, en vez de cargar nosotros nuestra propia colección de problemas.
Que en tu vida haya suficiente fe para afrontar las situaciones difíciles, junto con la necesaria humildad para aceptar lo que no se pueda cambiar.
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