"Ventana abierta"
NUESTRA ALEGRÍA
Web católico de Javier Olivares
La alegría debe ser
uno de los ejes dominantes de nuestra vida. Una religiosa es como el sol en una
comunidad. La alegría es el signo de una personalidad generosa. A veces es
también un manto que encubre una vida de sacrificio y de generosidad. Una
persona que tiene este don alcanza a menudo altas cimas.
Hagamos que quienes sufren hallen en nosotros ángeles de consuelo.
¿Por qué el trabajo entre las chabolas ha sido bendecido por Dios? No es
ciertamente en consideración de determinadas cualidades personales, sino a
causa de la alegría que las hermanas reparten a su paso.
La gente del mundo carece de nuestra alegría. Menos aún la
poseen quienes viven en las chabolas. Nuestra alegría es el mejor medio para
predicar el cristianismo a los paganos.
Vinieron algunas personas a Calcuta y antes de regresar a sus
puntos de origen, me pidieron que les dijese algo que pudiera servirles para
vivir sus vidas de manera más provechosa. Les contesté: Sonríanse ustedes
mismos unos a otros, sonrían a sus esposas, a sus maridos, a sus hijos, a
todos, sin mirar de quién se trata. Que en cada uno pueda crecer día a día el
amor recíproco hacia los demás. A este punto, uno de los presentes me preguntó:
¿Está usted casada? Contesté: Sí, a veces me cuesta sonreírle a Jesús, es
verdad; a veces Jesús puede llegar a pedir mucho, pero es en tales ocasiones
cuando Jesús nos pide más, cuando nuestra sonrisa resulta más hermosa. Esto es
en realidad lo que Jesús nos pide que hagamos: que nos amemos unos a otros, una
y otra vez, como el Padre lo amó a Él. Y ¿cómo amó el Padre a Cristo? Mediante
el sacrificio: entregándolo a la muerte por nuestra salvación.
Si queremos de veras conquistar al mundo, no podremos con
bombas ni con armas de destrucción. Conquistemos el mundo con nuestro amor.
Entretejamos nuestra vida con eslabones de sacrificio y de amor y nos resultará
posible conquistar el mundo.
Texto escrito por Santa Teresa de Calcuta.
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