"Ventana abierta"
ÁNGELUS
Significado de las Invocaciones y Títulos Marianos
REINA DE LOS PATRIARCAS
También en los siglos cristianos se da por analogía el nombre de Patriarca a los santos Fundadores de las más famosas Órdenes Religiosas, puesto que también ellos engendraron espiritualmente a la vida de la perfección evangélica a muchas almas.
Los Patriarcas fueron, bajo diversos aspectos, figuras de Jesucristo; lo
representaron en varios misterios de su vida, de su muerte y de su obra
redentora. Y en la debida proporción representaron también a María, pues quien
representa al original, representa por lo mismo a la copia fiel.
Simbolizada en Noé, único padre salvado del diluvio y destinado a repoblar el
mundo; Ella, única preservada del naufragio universal de la culpa, toda santa,
renovó moralmente al género humano y contribuyó a reparar los daños causados
por el primer pecado.
Abraham, admirable ejemplo de fe y de obediencia, padre de los creyentes,
dispuesto a sacrificar a su unigénito sobre el Monte Moría, fue una pálida
figura de María Santísima dotada de la más viva Fe y de la más perfecta
obediencia. Madre amorosa de todos los redimidos, sacrificó a su unigénito Hijo
para la redención del género humano sobre el Monte Calvario en el Altar de la
Cruz.
Moisés, el amigo y confidente de Dios, que hablaba con El como un amigo con su
amigo, es comparado a María Santísima, no solo amiga, sino también Madre de
Dios, que vivió con El treinta y tres años con aquella confidente autoridad que
nacía de su ser de Madre.
La mujer fuerte de la Sagrada Escritura (Proverbios) es 'una imagen de María Santísima, tabernáculo viviente de Dios.
También la Iglesia Católica tiene, en un sentido espiritual, sus Patriarcas.
Ellos no prefiguran a Cristo que ha de venir sino que siguen sus huellas y lo
copian con aquella perfección que es posible a la humana naturaleza vigorizada
por la gracia.
Estos Patriarcas son los Fundadores de los Institutos Monásticos y de las Órdenes
religiosas, verdaderos padres, que dieron a la Iglesia una inmensa cantidad de
almas santas.
Si María es llamada Reina de los antiguos Patriarcas, por las mismas razones debe ser llamada Reina de los nuevos, puesto que ellos procuraron imitar sus virtudes, fueron los maestros de la devoción a Ella y promovieron su culto.
En este punto de la explicación de las Letanías es oportuno tratar brevemente
del glorioso Patriarca San José, esposo purísimo de la Virgen Inmaculada,
puesto que la devoción a la esposa, redunda naturalmente en la persona de su
digno esposo.
Aunque San José no cooperó a la generación del Verbo encarnado sí contribuyó
principalmente a cuidar y alimentar al Dios - Hombre y fue testigo continuo de
las acciones de Jesús y de María; atento escucha de sus palabras, compartió con
Ellos durante muchos años los gozos y las penas, las esperanzas y el amor a
Dios y a los hombres.
San José es la sombra y el reflejo del Eterno Padre, él ocupa en la tierra su lugar y Cristo reconoce los derechos paternos de José.
Nunca podremos expresar con palabras la santidad, la virtud y la gran dignidad
de este sumo Patriarca entre los Patriarcas.
El Papa Pío IX, para poner su persona y la de todos los fieles bajo la
protección de San José, por Decreto del 8 de Diciembre de 1870, lo nombró
solemnemente Patrono de la Iglesia Universal.
¡Madre Santísima, Reina de los Patriarcas, ruega por nosotros!
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