"Ventana abierta"
Incluso la semilla que cae en la mejor tierra necesita su tiempo para crecer y para dar fruto. El sembrador lo sabe: no espera que la semilla germine de la noche a la mañana ni se impacienta porque tenga que esperar el fruto. Sabe que hay un proceso inevitable y que incluso la lentitud de ese proceso, el que se tome su tiempo, es buena para que la semilla tenga la calidad que ha de tener.. Así madura el Reino de Dios. Dios espera con paciencia el madurar de su obra. ¡Y nosotros tantas veces queremos enmendar la plana al mismo Dios!
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