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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 24 de septiembre de 2023

Homilía: XXV SEMANA DEL T.O. Ciclo A. Domingo, 24 - Septiembre - 2023

  "Ventana abierta"

Leonardo Molina García. S.J.

¿INJUSTICIA O BONDAD? MARRUECOS, LIBIA Y LA ALTERNATIVA DE PABLO

José Luis Sicre
Fe adulta

XXV SEMANA DEL T.O. Ciclo A. 

Durante el período de formación de los discípulos, tal como lo cuenta el evangelio de Mateo, Jesús parece disfrutar desconcertándolos con sus ideas sobre el matrimonio, la importancia de los niños, la riqueza. Pero el punto culminante del desconcierto lo constituye esta parábola sobre el pago por el trabajo realizado (Mt 20,1-16).

El protagonista es un terrateniente con capacidad para contratar a gran número de obreros. No es un señorito que se dedica a disfrutar de los productos del campo. Al amanecer ya está levantado, en la plaza del pueblo, contratando por el jornal habitual de la época: un denario. Y tres veces más, a las 9 de la mañana, a las 12, incluso a las 5 de la tarde, vuelve del campo al pueblo en busca de más mano de obra. A estos no les dice cuánto les pagará. Pero les da lo mismo. Algo es algo.

Hasta ahora todo va bien. Un propietario rico, preocupado por su finca, atento todo el día a que rinda el máximo. Se intuye también un aspecto más positivo y social: le preocupa el paro, el que haya gente que termine el día sin nada que llevar a su casa.

Pero este personaje tan digno se comporta al final como un cabrón (insulto de base bíblica, usado por el profeta Ezequiel). Al atardecer, cuando llega el momento de pagar, ordena al administrador que empiece por los últimos, no por los primeros. Cuando aquellos, sorprendidos, reciben un denario por una sola hora de trabajo, los demás, especialmente los de las 6 de la mañana, alientan la esperanza de recibir un salario mucho más elevado. Con gran indignación de su parte, reciben lo mismo. Es lógico que protesten.

¿Por qué no empezó el propietario por los primeros, los dejó marcharse, y luego pagó un denario a los otros sin que nadie se enterase? ¿Por qué quiso provocar la protesta? Porque sin el escándalo y la indignación no caeríamos en la cuenta de la enseñanza de la parábola.

¿Cabrón o bueno?

Los jornaleros de la primera hora plantean el problema a nivel de justicia. En cambio, el terrateniente lo plantea a nivel de bondad. Él no ha cometido ninguna injusticia, ha pagado lo acordado. Si paga lo mismo a los de la última hora es por bondad, porque sabe que necesitan el denario para vivir, aunque muchos de ellos sean vagos e irresponsables.

¿Quiénes son los de las 6 de la mañana y los de las 5 de la tarde?

En la comunidad de Mateo, formada por cristianos procedentes del judaísmo y del mundo pagano, predicar que Dios iba a recompensar igual a unos que a otros podía levantar ampollas. El judío se sentía superior a nivel religioso: su compromiso con Dios se remontaba a siglos antes, a Moisés; llevaba el sello de la alianza en su carne, la circuncisión; había cumplido los mandatos y decretos del Señor; no habían faltado un sábado a la sinagoga. ¿Cómo iban a pagarles lo mismo a estos paganos recién convertidos, que habían pasado gran parte de su vida sin preocuparse de Dios ni del prójimo? Usando unas palabras del profeta Daniel, ¿cómo iban a brillar en el firmamento futuro igual que ellos? En este planteamiento se comprende el reproche que les hace el propietario (Dios): vuestro problema no es la justicia sino la envidia, os molesta que yo sea bueno.

Desde la época de Mateo han pasado veinte siglos; la interpretación anterior ya no resulta actual y podemos sustituirla por otra: los cristianos que han cumplido desde niños la voluntad de Dios, no han faltado un domingo a misa, colaboran en la parroquia, ayudan en Caritas, se enteran de que Dios va a compensarlos a ellos igual que a gente que solo pisa la iglesia para entierros y bodas, y que interpretan la moral de la Iglesia según les convenga. A algunos de ellos puede parecerles una gran injusticia. Dios no lo ve así, porque piensa recompensarles como se merecen. Si da lo mismo a los otros no es por justicia, sino por bondad.

¿No es de hipócritas indignarse?

Si alguno se sigue indignando con la actitud de Dios, debería preguntarse si es hipócrita o tonto. En el fondo, el que se indigna es porque piensa que lleva trabajando desde las 6 de la mañana, que lo ha hecho todo bien y merece una mayor recompensa de parte de Dios. Si examina detenidamente su vida, quizá advierta que empezó a trabajar a las 11 de la mañana, y que se ha sentado a descansar en cuanto pensaba que el capataz no lo veía. A buen entendedor, pocas palabras.

En cambio, el que es consciente de haber rendido poco en su vida, de no haberse comportado en muchos momentos como debiera, de haber empezado a trabajar a las 5 de la tarde, se sentirá animado con esta parábola.

Las cinco de la tarde

Cabe el peligro de interpretar lo anterior como “Dios es muy bueno y podemos dedicarnos a la gran vida”. La invitación a ir a trabajar a las 5 de la tarde, aunque sólo sea una hora, es un toque de atención No se trata de seguir vagueando irresponsablemente. Siempre hay tiempo para echar una mano al propietario de la finca.

Este es el tema de la 1ª lectura, tomada de Isaías 55,6-9, que usa un lenguaje mucho más severo. No habla de desocupados sino de malvados y criminales. Pero los exhorta a regresar al Señor, que “tendrá piedad” porque “es rico en perdón”. En el evangelio, con fuerte contraste, no son malvados y criminales los que van en busca de Dios; es el mismo Dios quien sale al encuentro, cuatro veces al día, de todas las personas que necesitan de su ayuda.

Tanto el evangelio como Isaías coinciden en afirmar, cada uno a su estilo, que los planes y los caminos de Dios son muy distintos y más elevados que los nuestros.

Marruecos, Libia y la alternativa de Pablo (Fil 1,20c.24.27a)

Igual que el domingo pasado, la segunda lectura no tiene relación con el evangelio, pero sí mucha con la realidad actual de los miles de muertos provocados por el terremoto de Marruecos y las inundaciones en Libia.

Pablo está en la cárcel, y no sabe si saldrá absuelto o lo condenarán a muerte. Para nosotros, la elección sería clara: absolución. Pablo ve las cosas de otro modo: la absolución le permitiría seguir trabajando por sus cristianos y por la extensión del evangelio; pero la muerte le permitiría «estar con Cristo, que es con mucho lo mejor». En esta alternativa, no sabe qué escoger.

Lo absolverán, y continuará su obra unos años más, hasta que la muerte le permita estar con Cristo. La semana pasada hemos experimentado la muerte con terrible tragedia personal, familiar y social. En medio de tanto sufrimiento, Pablo nos recuerda a los cristianos que la muerte es el paso a disfrutar eternamente de la compañía del Señor.

De mi cosecha:

1.    Dios no sabe de matemáticas sino de corazón

2.    Nos ha dado más oportunidades que “al Platanito”. Por esto que hoy nos muestra.

3.    Siempre nos quiere activos, trabajadores, incansables buscadores. Hoy, mañana, no importa el tiempo en el que “captas” esa obligación de  trabajar

4.    Pero la mejor “captación” es que Dios en  tu vida, siempre te invita y perdona. Bueno, al revés, primero se compadece de ti y luego, siempre te invita  y  te paga. Hoy lo está haciendo. Entérate cómo es Él. No falla.

5.    Dios es siempre  un Dios de las sorpresas sorprendente, pero siempre A NUESTRO FAVOR. Agradables…

6.    Si hace mucho que has sido fiel  ”que te quiten lo bailao” (has disfrutado mucho de ese amor, de ese contacto)…y si has tardado en engancharte, grande es su misericordia contigo. Siempre ¡Aleluya! (gloria al Señor)

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