Y un ruiseñor comenzó a cantar
Pero el hombre no oyó.
¡Dios, habla conmigo!
Y el eco de un trueno, se oyó
Más el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miró en derredor y dijo:
¡Dios, déjame verte!
Y una estrella brillo en el cielo.
Pero el hombre no la vio.
¡Dios, muéstrame un milagro!
Y un niño nació.
Mas el hombre no sintió el latir de la vida.
¡Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo…!
Y una mariposa se posó
Suavemente en su hombro.
El hombre espantó la mariposa con la mano y desilusionado
Continuó su camino, triste, solo y con miedo.
¿Hasta cuándo mantendremos nuestros ojos y nuestros corazones cerrados para los milagros de la vida que se presentan diariamente en todo momento?
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