"Ventana abierta"
El dolor en nuestra vida
Estimado@s amig@s:
Aquí os escribo algo que un día leí y que me hizo mucho bien en un momento
de dolor en mi vida:
“Enciendo una hermosa vela en mi
escritorio para inspirarme y poder transmitir en palabras lo que sólo un corazón
es capaz de acercarse a vuestro corazón roto, tras la triste pérdida de
vuestros seres queridos.
Ningún duelo tiene comparación, así como el tiempo presente no se puede comparar
con el tiempo pasado en vida de nuestros seres queridos, que ya son
considerados como ángeles del cielo.
Ante la pregunta de, ¿Cómo podemos pasar mejor este duro trance? No hay una
sola respuesta, ya que dependiendo del tiempo transcurrido y de la estructura
de nuestra psique, hay infinitas formas de expresar y vivir el dolor.
Las emociones, están en la naturaleza humana para llevarnos a la acción.
Toda emoción al pasar por nuestras mentes de manera repetitiva, terminan por
producirnos los sentimientos y depende las circunstancias positivas o negativas
de cómo interpretamos esas emociones, nos producirán más rechazo o aceptación,
demostrándonos cuán condicionados vivimos por nuestro aprendizaje cotidiano.
¿Para qué hablar de todo esto? Simple. En el duelo seguimos los patrones
que hemos aprendido de nuestros familiares, de la sociedad, de la religión y en
última instancia depende de nosotros mismos el transformar todo esto para poder
seguir adelante, dejando el sufrimiento innecesario, para renacer a la vida con
la fuerza que el recuerdo sano trae al momento presente.
Todos sabemos las fases del duelo, ya sea por búsqueda propia o por guía
ajena, pero este orden de sanación, no acelera la sanación de un día para otro,
sino que la clarifica y reconduce.
La sanación depende de nuestra propia responsabilidad por salir adelante,
por nuestra propia capacidad de fluir en armonía con nuestro ser interno, con
la esencia que pone orden en lo físico, mental y espiritual, que cayó en el
caos después de la perdida.
Cualquier celebración que nos llegue es un acontecimiento de doble filo,
por una parte nos impulsa hacia el compartir y disfrutar entre los vivos, y por
otra, a llorar y a extrañar a los que pasaron a un plano superior.
Dicen que la virtud está en el término medio y así debe ser. Sólo el Amor
logra unir ambos extremos.
Sólo el Amor logra elevar nuestra tasa vibratoria
para comulgar con nuestros seres queridos y sacar fuerzas para que nuestras
sonrisas, dejen atrás la culpabilidad que impone el duelo y sirvan para enjugar
lágrimas de agradecimiento por el tiempo vivido y el Amor compartido, que ahora
se multiplica entre todos los que lo necesitan.
En cada abrazo, en cada mirada llena de amor por el necesitado, en cada
suspiro por los que sufren, está la llama de nuestro ser transcendido que nos
impulsa a sacar lo mejor de lo recibido en vida, para que su memoria y nuestra
conexión espiritual, nos llenen también en toda época, del mayor lazo que jamás
el hombre pudo soñar para convertir el dolor; el Amor incondicional a la vida y
al servicio a los demás, empezando siempre por los más cercanos y llegando allí
donde la providencia divina nos guie.
Así es cualquier celebración, un momento de recordar, de volver a pasar por
el corazón nuestro amor por los que nos observan con su más dulce sonrisa
detrás del cristal de la copa del brindis eterno. No tengamos reparo en brindar
por ellos en cualquier fecha, son parte integrante de nosotros, de toda la
familia y aunque como humanos, lágrimas surquen nuestro ser al alzar la copa,
veamos con cada lágrima de pureza derramada, un paso adelante en el desahogo
del Alma, en la liberación del dolor y en la unión sincera con la esencia que a
todos nos une.
La oscuridad normal y necesaria de las primeras etapas del duelo, dará paso
a la Luz nacida de la transformación voluntaria, de la toma de consciencia
individual, del Amor compartido con los demás, que es fiel reflejo del Amor por
nuestros seres queridos del Azul.
Todo esto no son meras palabras bonitas, son la experiencia de miles de
personas que han logrado elevar sus copas hacia lo alto y brindar con todos, nuestros
seres amados allí donde estén!!!
Deseo de todo corazón que el espíritu Santo, el Espíritu de Cristo que
inunda la humanidad, os llene de toda la Paz, Armonía y Amor necesarios en el
camino de regreso a la Unidad y que la acción que las emociones provocan en
nosotros, sean dirigidas a conseguir la Paz del Alma que sana a todo corazón.
Alzo mi copa por todos nosotros, por nuestros seres queridos que desde
algún lugar que el Señor les ha reservado, están cuidando e intercediendo por
nosotros, y también por el Amor que nos une a ellos".
¡Miles de Bendiciones del Señor
en cada día de vuestras vidas!
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