"Ventana abierta"
Un altar a Juan Pablo II en casa de Floribeth y el Doctor Vargas
Se curó de un
aneurisma en la cabeza
26/06/2013 - M.G./Agencias
Floribeth Mora pidió un milagro a
Juan Pablo II horas después de su beatificación
El milagro se
habría producido en mayo de 2011, en el Hospital Calderón Guardia de Costa
Rica.
Mora es madre de
cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y esposa de un ex oficial de la Fuerza
Pública.
La canonización del beato
Juan Pablo II está más cerca que nunca, después de que el Vaticano
haya aprobado el segundo milagro atribuido a la intercesión del pontífice
nacido en Polonia El primero fue el de sor Marie Simon Pierre, quien se
curó de manera inexplicable del Parkinson que sufría.
El segundo milagro se habría
producido en mayo de 2011, pocas horas después de la beatificación de Juan
Pablo II, en la persona de Floribeth Mora, una mujer de Costa
Rica que trabajaba en una empresa de seguridad privada. Mora, madre de
cuatro hijos, es abuela de cuatro nietos y esposa de un ex oficial de la Fuerza
Pública.
Floribeth Mora ingresó
en el Hospital Calderón Guardia en abril de 2011 con un fuerte dolor
de cabeza, cuya causa era un aneurisma cerebral, dolencia que le fue
diagnosticada por el laboratorio de hemodinamia del centro hospitalario.
El neurocirujano Alejandro Vargas Román, que cuenta
con una subespecialidad en Cirugía Neuroendovascular hecha en el Hospital
Puerta del Hierro y el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, fue quien
atendió a la mujer costarricense ante el diagnóstico del aneurisma. Posteriormente,
Vargas confirmó la desaparición del aneurisma, sin que exista una explicación
científica.
La agraciada mujer, curada por este
milagro, ha relatado a medios locales de su país que fue durante una procesión
cuando pidió al fallecido pontífice que interviniera ante Dios por su estado de
salud. La Curia Metropolitana de Costa Rica confirmó que el caso fue
presentado al Vaticano en mayo del 2011, y su aprobación posibilitará
la subida a los altares del que fuera Karol Wojtyla.
El Vaticano reconoce el segundo milagro de Juan Pablo II, clave para su
canonización