Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla Monseñor D. Juan José Asenjo Pelegrina.
1 -Abril- 2012.
¡Buenos días, estimados amigos!
Paso a hablarles de la Carta Pastoral
que el Arzobispo Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina ha escrito para este
domingo.
Una carta que en una jornada tan especial se titula:
"Domingo de Ramos.
Pórtico de la Semana Santa".
"Estamos ante el silencio de Jesús, silencio que impresiona a Pilato, más expresivo que mil palabras.
- Jesús seguirá en silencio cuando el pueblo grita pidiendo la liberación de Barrabás.
- Cuando le azotan cruelmente, le ciñen la corona de espinas, le crucifican y le injurian los que pasan junto al Calvario.
- Cuando los sumos sacerdotes se burlan de Él.
-Y le insultan los ladrones crucificados a su derecha y a su izquierda.
- Qué contraste entre las actitudes de Jesús en su Pasión y nuestras quejas ante aquello que no resulta a la medida de nuestros deseos o ante lo que creemos que es una injusticia.
- Qué ante el silencio ante el silencio de Jesús y nuestras explicaciones prolijas para justificar nuestros errores, miserias, yerros y claudicaciones.
- Qué contraste entre el silencio de Jesús y nuestro mundo inundado de palabras, de discursos altisonantes llenos de promesas, palabras que se convierten en ruido y deshumaniza.
Sólo desde el silencio es posible penetrar con hondura en los Misterios Santos que vamos a celebrar.
Vivir la Semana Santa hoy, es más difícil que hace sólo unas décadas, en las que el ambiente era esencialmente religioso.
Hoy son muchas las sugestiones con que nos seduce la sociedad secularizada en la que vivimos, y por ello, vivir con seriedad y provecho la epopeya de la Pasión del Señor en estos Días Santos, tiene un mérito mayor.
Agradezcamos al Señor en el Jueves Santo, la Institución de la Eucaristía y visitémoslo con piedad y unción en los Monumentos.
Pidamos con gratitud la severa liturgia del Viernes Santo y abramos nuestro corazón para que la Sangre derramada de Cristo sane nuestras heridas, penetre en nuestro espíritu, nos convierta y nos salve.
Acompañemos al Señor con recogimiento y sentido penitencial las hermosas procesiones de nuestros pueblos y ciudades, que no son primariamente manifestaciones culturales, sino expresión de la religiosidad y el fervor de nuestro pueblo, camino de evangelización y llamada a la conversión".
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