"Ventana abierta"
Web católico de Javier
Señor Jesús:
Aquí me tienes para servirte
y colocar a tus pies la labor en que estoy empeñado.
Tú me escogiste para ser catequista,
anunciador de tu Mensaje a los hermanos.
Me siento muy pequeño e ignorante,
soy a menudo inconstante,
pero sé que Tú me necesitas.
Gracias por confiar en mí, pequeño servidor tuyo.
Estoy pronto a cumplir esta hermosa tarea
con sencillez y modestia, amor y fe.
Quiero ser instrumento tuyo
para despertar en muchos hermanos:
cariño por tu persona,
confianza en tus promesas,
deseos de seguirte como discípulo.
Bendice día a día mis esfuerzos;
pon tus palabras en mis labios,
y haz que, en comunión con mis hermanos,
pueda colaborar en extender tu Reino.
María, tu que seguiste siempre con fidelidad
las huellas de tu Hijo,
guíanos por ese mismo camino.
Amén.
Decálogo del
Catequista
I. Cuidar mi vocación de catequista con la oración y la
formación permanente.
II. Estudiar y amar la Palabra de Dios como fuente principal de
la catequesis.
III. Crecer en el amor a Cristo, a la Iglesia y a cada
hermano.
IV. Desarrollar mi vida espiritual con la vivencia de los
sacramentos y la participación activa a favor de la comunidad cristiana.
V. Dar testimonio de Cristo en toda circunstancia.
VI. Trabajar en común unión con los sacerdotes y mis hermanos
en la fe.
VII. Preparar con seriedad y creatividad todos los encuentros
catequísticos.
VIII. Participar con entusiasmo en los encuentros de
formación, de oración y de programación de las catequesis.
IX. Servir con humildad y respeto, confiando más en la acción
del Espíritu Santo que en mis méritos.
X. Revisar y purificar mis motivaciones para evitar la rutina y la autosuficiencia.
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