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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 4 de mayo de 2024

Reflexión: "LOS MALABARISTAS DEL SEMÁFORO". Sábado, 4 - Mayo - 2024

"Ventana abierta"

LOS MALABARISTAS DEL SEMÁFORO
Web católico de Javier

Aquel día me desperté con mucha pereza y renegando. Con esfuerzo, pude deshacerme de las mantas. Me dirigí al baño arrastrando los pies mientras maldecía el tener que levantarme de la cama sin poder quedarme en ella todo el día.

Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Tal pereza me dominaba, que por no meter el pan en la tostadora, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Por qué tener que trabajar? ¡Esa sí era una verdadera maldición!

Salí de mi casa en dirección a la oficina en mi vehículo con asientos de piel y calefacción, observando en el camino el pavimento humedecido por la lluvia, mientras refunfuñaba porque estaba lloviendo, igual que lo hacía cuando había sol, nubes, viento, gente...

El semáforo se puso en rojo y, de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto. Por curiosidad, abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que era un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel chico no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía juegos malabares.

Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista, el cual mostraba un pequeño letrero sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo:

"Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico". Con su mano izquierda señaló hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano, sentado en una silla de ruedas colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, en el cual estaba pintando algo con un pincel que manejaba con su boca.

El malabarista, al ver el asombro de mi cara, me dijo:

- ¿Verdad que mi hermano es un artista? Por eso escribió esa frase sobre el respaldo de su silla.

Entonces leí la frase que decía: - "Gracias Señor por los dones que nos das. Contigo no nos falta nada".

Recibí un fuerte golpe en mi interior mientras este hombre se retiraba. Y así como el semáforo de la calle pasó del color rojo al verde, mi "semáforo" interior también cambió desde aquel día: Nunca más me volví a dejar paralizar por la luz roja de la pereza, ni volví a renegar por lo que no aceptaba. Ahora trato de mantener la luz verde y realizar mis trabajos y actividades con renovada energía.

Ante aquellos jóvenes de la calle, aquel día descubrí que yo era el paralítico. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de agradecer. Ahora no tengo todo lo que quiero, pero le doy gracias a Dios por lo que tengo. El salario apenas me alcanza para pagar las cuentas, pero gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo para ganar el sustento. Los problemas se me han venido multiplicando como si fueran mágicos, pero gracias a Dios tengo paciencia y fortaleza para- sobrellevarlos.

Los años han ido pasando rápidamente, mi piel está un poco arrugada y mis cabellos se están poniendo blancos, pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir, por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar, por la enfermedad que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que pude sobrellevar. Cada día lo bendigo por haberme enseñado a decir:

"Gracias Señor por los dones que me das. Contigo no me falta nada". 

Si quieres agradecer alguna cosa al Señor en este momento, te sugiero que accedas a la oración eucarística en vivo en:

htpps://webcatolicodejavier.org/adoracioneucarísticaonline.html

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