"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
Esta parábola sitúa a los discípulos ante su muerte inminente: Jesús será podado como la vid. El que mira una vid podada solo ve un tronco gris y áspero pegado a la tierra. No hay nada verde, ni hojas, ni frutos. Sin embargo, dentro de ese escalabro se está gestando una vida nueva. Si no hay poda, la vid pierde su vitalidad y se destruye. El Padre, el agricultor, no maneja los clavos y la lanza que crucificaron a Jesús, pero es capaz de transformar esos golpes de muerte en una vida de nueva calidad. Sin poda no hay novedad de resurrección. El que no ha sido podado no sabe nada.
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