"Ventana abierta"
ÁNGELUS
Franciscanos de María
Buenos días amigos:
Hoy es la fiesta de la Virgen de Agosto, la Asunción de la Virgen a los Cielos, no sé si es tan popular por la Virgen o porque coincide en el corazón del verano y, al final muchos pueblos hacen fiesta, y más por motivos turísticos que por religiosos; en todo caso, precisamente por eso conviene recordarla para no perder lo que origina le fiesta, es decir, estamos recordando a la Santísima Virgen, y no estamos simplemente ofreciendo alternativas de vacaciones para ganar más dinero, especialmente los centros turísticos.
La Virgen de Agosto, la Asunción de María a los Cielos, un dogma proclamado Pío XII en 1950, precisamente el último de los dogmas proclamados. No una novedad, porque los dogmas no son novedades, sino que son confirmación de lo que la Iglesia ha creído desde siempre y que en un momento determinado la propia Iglesia considera necesario decirlo de forma solemne y definitiva.
El dogma nos dice, como todos los dogmas, algo que tenemos que aceptar por fe y que no resulta fácil de entender, precisamente por eso es un dogma, es un misterio de fe.
El dogma dice que la Santísima Virgen está viva en cuerpo y alma en el Cielo, quizá resucitada, es decir, está como Cristo después de la Resurrección.
Nos dice, que llegada la hora de la muerte de la Virgen -lo que en oriente se llama dulcemente "La Dormición de María"- su Hijo no quiso que Aquella que no había conocido la corrupción del pecado, no quiso someterla a la corrupción del sepulcro, y se la llevó con Él al Cielo en cuerpo y alma.
Puede ser difícil de entender ciertamente, también otras cosas, otros misterios de la fe son difíciles de entender, en el fondo todo se explica debido a aquello que el Ángel le dijo a María en el momento de la Encarnación: "Para Dios nada hay imposible".
Pero este dogma es un canto al amor: Jesús se hace Hombre por amor. Jesús vive, predica, hace milagros por amor. Jesús muere y resucita por amor y, no hay en su vida y en su obra ninguna otra palabra que tenga cabida, excepto esta "El Amor", y ese mismo amor que tiene hacia nosotros lo tiene hacia su Madre.
¿Quién de nosotros -seres humanos normales, sin poder ninguno- si pudiera alargar una hora la vida de su madre no lo haría?
Jesús que era Dios pudo hacerlo y lo hizo, lo mismo que preservó a su Madre de la corrupción del pecado, la preservó de la corrupción del sepulcro, exactamente igual que hubiéramos hecho cualquiera de nosotros si hubiéramos podido..
Ahora bien, al margen ya digamos del sentido teológico del dogma, es este que les acabo de decir, lo que significa en realidad es que la Virgen está viva y que está en el Cielo, es decir, no estamos solos, no estamos huérfanos. La Virgen que ejerció en la tierra el papel de Madre, que lo recibió como encargo de su Hijo al pie de la cruz.
Acuérdense de aquella frase hermosísima:
"¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!".
La Virgen continúa haciendo esta tarea y, eso es lo que nosotros celebramos y recordamos en este día.
Tenemos una Madre que está en el Cielo velando permanentemente por nosotros, custodiándonos a cada uno de nosotros como si fuéramos ·hijo único", es decir, María no ha cesado en su tarea y está haciendo continuamente la labor de mediadora, la labor de intercesora, lo mismo que hizo en aquella famosa boda de Caná, cuando al ver un problema se acercó a su Hijo con sencillez y le dijo: "¡Mira, no tienen vino!".
Si eso hizo para apañar una fiesta que se iba a aguar, mucho más hace para interceder por nosotros.
Hay una tercera parte de este dogma que no quiero ocultar, aunque sea brevemente: María está en el Cielo -lo sabemos, lo proclamamos y nos alegramos de ello- pero no está en la tierra, precisamente porque está en el Cielo.
En cambio su Hijo, su Hijo Crucificado, sí que está en la tierra.
Por eso al recordar que María está Asumta al Cielo, démonos cuenta de que hay una carencia de Madre aquí en la tierra. Su Hijo crucificado no tiene a su Madre a su lado como la tenía al pie de la cruz. El enfermo, el anciano, el huérfano, el hambriento, el encarcelado necesitan de María, es decir, maría desde el Cielo nos pide a cada uno de nosotros: "¡Déjame ocupar ti lugar, dame un poco de tu tiempo, de tu cultura, de tu dinero,, dame algo de lo que tú tienes, de lo que tú eres, para que a través de ti yo pueda seguir haciendo también en la tierra el papel de Madre, no me prives de ese privilegio, no le prives a mi Hijo, a tu Hermano de ese consuelo!".
María está en el Cielo, desde allí nos cuida, démosle nosotros la oportunidad de cuidarnos también aquí en la tierra, poniéndonos a sus órdenes, a su servicio.
Un feliz día para todos.
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