"Ventana abierta"
Rezar el Ángelus
4 -Junio- 1996.
Horacio S. I.
4 -Junio- 1996.
Horacio S. I.
* -Rezar el Ángelus es actualizar el "SÍ" de María, el "SÍ" de la Anunciación.
* -Rezar el Ángelus es tradición inmemorable - conjunto de usos, ideas y valores culturales y morales transmitidos de generación en generación - del pueblo cristiano.
Volver de nuevo al Evangelio de Lucas.
Abrir la página de la Anunciación es lo que hace el rezo del Ángelus.
Es como enraizarse en la "Raíz" - así con letra mayúscula - de nuestra salvación.
Es como hacerse protagonista en la historia como aquella Doncella única que revolucionó la historia.
* -El rezo del Ángelus acerca lo Divino y lo humano.
Hace unidad entre lo de arriba y lo de abajo.
Vuelve de nuevo a meter el fermento en esta masa sin sabor de la humanidad.
Es como tocar lo profundo de nuestra fe.
* - Rezar el Ángelus es como tener el corazón en fiesta y gozarse y alegrarse porque Dios ha entrado en la vida de los hombres, en la vida de cada uno de nosotros; eso sí, de la mano de una Mujer, de la mano de María.
* -El Ángelus nos pide y exige proclamarlo.
El Ángelus destaca ese momento en el que el Hombre se hace hombre en el Hijo Amado.
Es bello rezarlo. Es bello recogerse cuando las campanas de la torre nos lo recuerda. O cuando las campanas del reloj -de cualquier reloj- nos indican ese momento. O cuando nosotros mismos personalmente miramos nuestro reloj en esa hora concreta.
* - Al rezar el Ángelus renuevo mi encarnación bautismal, ese momento en el que en mi vida se dio el acontecimiento de entrar en la vida nueva de Cristo, un Cristo resucitado.
* - Al rezar el Ángelus creo que la historia no está desangelada, no está sola, no está abandonada. Creo que como un fermento, Dios vive en su Espíritu de Amor. Ese Espíritu que el Padre derramó en María y que por su medio hizo posible la Encarnación, y que está transformando la sociedad, la historia, la vida de los hombres porque desde ese momento -quiérase o no, sépase o no- el Verbo se hizo uno de nosotros.
Por eso necesitamos proclamarlo.
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