"Ventana abierta"
TRES BENEFICIOS DE UN HOGAR CRISTIANO
Joel Flores
Seamos completamente honestos. Un
matrimonio cristiano no es un seguro garantizado contra el divorcio.
¿Se sorprendió? Es la verdad.
Este no es el mejor modo para
comenzar a discutir acerca de los beneficios de un hogar cristiano, ¿verdad?
Espere un momento.
Quizá lo sea.
Si al enfrentar la verdad,
llegamos a entender que un matrimonio cristiano exitoso requiere más que el
mero intercambio de votos con alguien que va a la iglesia y dice seguir a
Jesús, podremos descubrir los principios reales y los beneficios de vivir como
Cristo para tener un hogar feliz.
Estos son tres de esos principios.
1) Una vida sacrificada
Jesús dijo de sí mismo: “Porque el
Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida
en rescate por muchos” (S. Marcos 10:45).
Los verdaderos seguidores de Jesús
viven vidas sacrificadas y practican los principios de servicio que
caracterizan la vida del Maestro.
Los cristianos no esperan ser “el
número uno de la relación”. Ellos buscan saber cuáles son las necesidades y
preocupaciones de los otros, incluyendo a su esposa y a sus hijos (véase
Filipenses 2:3, 4). Porque una actitud del tipo “tengo que preocuparme primeramente
por mí”, puede destruir el matrimonio.
Es fácil ver cómo la actitud “me
preocupo primeramente por ti”, practicada por ambos cónyuges, trae muchas
bendiciones al matrimonio.
2) Una atmósfera de perdón
A causa de que hemos recibido el
perdón de nuestros pecados por parte de Dios, a cambio somos “benignos unos con
otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también nos
perdonó en Cristo” (Efesios 4:32).
Cuando perdonamos los desprecios y
los errores de quienes comparten nuestra vida, los sentimientos duros, los
rencores y las venganzas no tienen la oportunidad de supurar y llegar a
convertirse en heridas profundas que no sanan.
Las dos palabras más poderosas
pronunciadas en un hogar feliz, son: “Lo lamento”. "Perdóname"
Úselas. Siempre.
3) Ayuda divina
En un hogar cristiano, uno más uno
es igual a tres.
Dios es el compañero invisible de
la unión, y su poder de amar, de perdonar y de sanar está disponible
abundantemente para la pareja cuyos miembros oran el uno por el otro.
Este único y solo beneficio provee
la mejor defensa contra la infidelidad, el egoísmo y el abuso. La presencia de
Dios en el matrimonio (no la mera asistencia a la iglesia o práctica
religiosa), traerá felicidad y la clase de hogar con el cual todos soñamos.
Una vida sacrificada, una
atmósfera de perdón y la ayuda divina constituyen una ventaja definitiva en la
lucha por tener un matrimonio feliz y pleno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario