Evangelio: San Marcos 7, 1-8.14-15.21-23. En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos... Domingo, 1 - Septiembre -2024

"Ventana abierta"

Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.

Jesús distingue con nitidez lo que son costumbres humanas de lo que son leyes de Dios, que son siempre fuentes de sabiduría y de vida. Algunos pretenden ser más fieles a Dios, e inventan múltiples leyes minuciosas que van cuadrando la vida de las personas de tal manera que ahogan y paralizan la vivencia de los mandamientos fundamentales, de la justicia y la misericordia en las relaciones con los demás, y de la apertura a Dios que desde el amor hace nueva todas las cosas en la historia humana. Jesús dice al pueblo que no suprima ningún mandamiento, ni añadan nuevos que pueden ser cargas humanas de clara o ambigua pesadumbre. Cumplimos los que él nos dio.
Jesús se fija en lo esencial, en el corazón, pues en él se van gestando los comportamientos que marcan la vida, el amor o el odio, la justicia o el abuso, el desencanto o la esperanza. Cada día tenemos que auscultar nuestro corazón para ver qué futuro va madurando en nuestra afectividad profunda. Lo afectivo es lo afectivo: "Jesús, haz nuestro corazón semejante al tuyo".