"Ventana abierta"
Día 20º. DE CUARESMA
Web católico de Javier
ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.
PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.
Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡Tuyo soy, para ti nací! ¿qué quieres, Señor, de mí?
El pobre es el
egoísta. "Hay diversas clases de pobreza -cuenta la madre Teresa de
Calcuta-. En la India hay gente que muere de hambre. Un puñado de arroz es
precioso, valiosísimo. En los países occidentales, sin embargo, no hay pobreza
en ese sentido. Nadie muere de hambre y ni siquiera abundan los pobres como en
la India... Pero existe otra clase de pobreza, la del espíritu que es mucho
peor. La gente no cree en Dios, no reza, no ama, va a lo suyo... Es una pobreza
del alma, una sequedad del corazón que resulta mucho más difícil de
"remediar".
¿Puedes tener tú esa pobreza? Pídeles a Jesús y a María que nunca caigas en esa pobreza de espíritu; que te ayuden a quererles cada día más y a acudir a ellos ante cualquier necesidad, y que te ayuden a querer a los demás. ¡Jesús, María, que no olvide rezar ni por la noche ni al levantarme! Que sea generoso: porque el verdaderamente "pobre" es el egoísta.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras. Después termina con la oración final.
ORACIÓN FINAL
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Texto del Padre José Pedro Manglano Castellary
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