"Ventana abierta"
HNA. OTILIA PACHECO GUZMÁN
Lebrija (Sevilla), 24 febrero 1931 - Granada (la Ribera), 16 febrero 2024
"Jesucristo nos llama a una relación de amor preferencial con Él" (Constituciones rscj n 61)
testimonio que le pidieron (estando ya en la diócesis de Coria-Cáceres) y que ella tituló:
"Los laicos han ido configurando mi vida religiosa".
De este escrito tomamos algunas notas biográficas que ampliamos más adelante.
Decía:
Me considero una mujer de relación y de muchos amigos. Más de media
vida me la he pasado en pueblos o en barrios. Nací en Lebrija, pueblo de
Sevilla. Andaluza, pero siempre he dicho que "la patria de mi
espíritu" era Canarias. 17 años estuve en las islas. Fui joven y volví
vieja, pero bendita vida que dejé allí. Un buen amigo cura me ofreció pasar una
Semana Santa con una familia aparcera en las cuarterías (chabolas hacinadas,
sin ventanas, luz ni servicios, que tenían como viviendas los aparceros que
plantaban y recogían los tomates). Acepté. Convivía como una más de la familia:
trabajábamos y preparábamos las celebraciones. Ante mi se abrió un mundo de
pobreza, explotación e injusticias que desconocía....
Me fui a un colegio público en un pueblo pequeño cercano a la zona
turística hostelera. Aquí empieza mi gran etapa de discípula de aquellas
gentes. Yo que soy torpe para comprender la Biblia, sus vidas fueron mi
evangelio. Aprendí el gusto por lo sencillo, por lo que sale del corazón, sin
apariencias: el valor del tiempo (¡ay, mis prisas!), el valor de la persona, la
acogida cuando llegabas a una casa eras lo principal, me enseñaron a estar
entre ellos. Saber distinguir lo esencial de lo que no lo es.
Nos decían: a nosotros nos hace falta rezar más, a vosotras compromiso.
Sigue la misma Otilia:
Mi Noviciado lo hice en Madrid, por los años 60. Allí me dieron los
fundamentos, pilares de mi Vida Religiosa: Seguimiento de Jesús, amor a su Madre,
oración, contemplación...El carisma de la Congregación: MANIFESTAR EL AMOR DE
DIOS ALLI DONDE ESTEMOS. Y el 2º noviciado en Canarias con tantos laicos y
laicas como formadores, me han ayudado a poder ir realizando esta 2ª parte del
carisma: cómo ir MANIFESTANDO EL AMOR DE DIOS en aquellos pueblos y lugares a
donde me ha enviado la congregación.
Así, a pesar de mis debilidades y mi pecado, sostenida por la Fidelidad
de Dios, el cariño de mis hermanas y de tantos laicos y laicas, he podido
llegar a Celebrar mis Bodas de Oro (año 2017) de consagración religiosa en
Montehermoso, mi último destino...¡y ojalá por muchos años!.
Hasta aquí sus palabras que hemos respetado por su autenticidad y verdad, como era ella.
+ Añadimos algunos datos biográficos para las que la conocisteis menos.
Sus padres: Manuel y Vicenta, tuvieron tres hijas. Otilia fue la menor de las tres hermanas.
Muy tempranamente, en los primeros años de su vida recibió los sacramentos del Bautismo,
Confirmación y Primera Comunión.
Junto con sus hermanas, fue alumna del colegio del Valle de Sevilla
Entró como postulante en Chamartín en 1959; ahí realizó su noviciado de 1960 hasta 1962, año de sus votos temporales. Contaba que llegaron a ser 100 novicias, "el ciento y la madre" y lo celebraron. Hizo su profesión perpetua en Roma (20 de julio de 1967) con la Divisa: LA UNIDAD EN LA CARIDAD y el Nombre: QUE SEAN UNO COMO NOSOTROS SOMOS UNO.
+ Los lugares donde fue enviada y vivió a fondo el carisma de la Congregación han sido, antes de Canarias: el Valle (Sevilla), Chamartín (Juvenato superior) y el Colegio Mayor de Madrid donde convivió con Javiera de Paul que la marcó profundamente.
+ Hacía alarde con orgullo de su paisano Antonio de Nebrija, el padre de la gramática española. Su Licenciatura en Filología Románica junto con las oposiciones de Magisterio fueron aprendizajes que la convirtieron en una muy buena maestra. Según testimonio de una de sus compañeras, su genio y su simpatía le hacían tener gran autoridad con las niñas que la querían mucho. Los colegios de Tafira, Castillo del Romeral y Vecindario (Gran Canaria) y Torreblanca (Sevilla) fueron lugares donde ejerció su tarea educadora. En este último fue Directora. Asumió también la tarea de profesora de Religión en los colegios públicos de Torreblanca y Deifontes (Granada). Y en Huelva, profesora en el Centro de Adultos.
+ En la etapa de Canarias, fue durante 4 años delegada de la Provincial en esa región. Además de su propio testimonio, recogemos estos otros de aquellos años:
Nos encontrábamos en la comunidad de Tafira (Gran Canaria), trabajando en el colegio. Algunos padres nos ofrecieron conocer la isla, pero la que venía en las postales. En el viaje nos llamaron la atención unos puntos blancos que se veían en las montañas, como poblamientos dispersos. Al preguntar nos dijeron que eran las “Cuarterías” donde vivían los aparceros, que cultivaban el tomate durante la “ZAFRA”. Esa realidad se daba de espaldas a un mercado hotelero que no veía el lado opaco del incipiente turismo canario. Eso no se visitaba. Nosotras decidimos que ese lugar había que visitarlo. Vivian allí como parte del salario. El nivel de analfabetismo era altísimo.
El Capítulo del 70 haciéndose eco del Concilio Vaticano II, nos abrió las puertas de la clausura. El mundo no era un desierto espiritual sino lugar de Encarnación. Este impulso se entroncaba con la juventud que teníamos, la ilusión y el encuentro con sacerdotes del Prado, que nos abrían los ojos en clave de Evangelio. Nos sentimos apoyadas por la Comunidad de Tafira y por las Superioras y la Provincial. Iniciamos una peregrinación interior y exterior. Pasar de una cultura industrial a una rural, nos ayudó a descubrir las costumbres de esa tierra en esa época: fuerte enganche familiar, familias muy numerosas (los hijos eran ayuda para el trabajo), la acogida cálida... Tenían poquísimas necesidades. En una encuesta que se les hizo en las clases se les preguntó: ¿Que necesidades tenéis? Ninguna, contestaron.
Al cabo de tres años, la gente no firmaba los contratos de habitabilidad de las cuarterías, porque habían aprendido a leer y escribir y no aceptaban determinadas condiciones... Nos asomamos a la dimensión política a la que nos invitaba el Capítulo del 94. Colaboramos con el ayuntamiento y la parroquia. Participamos en manifestaciones. Recordamos las Eucaristías al aire libre en círculo con sillas que sacaban de sus casas. Se proclamaba el Evangelio y era comentado por todos. Como no había teléfono, cuando avisaron a Otilia de la muerte de su padre, no pudo llegar por falta de transporte y de vuelo. Fue duro.
+ De Canarias llegó al barrio de Torreblanca (Sevilla) donde permaneció 11 años. Y, como dice un gran amigo suyo profesor de Torreblanca, junto al servicio a la Congregación, materializó el amor al Señor en el servicio a los más necesitados allá donde estaba, en especial a los gitanos. Tenía una mano particular con ellos. Inició el comedor (que aún perdura desde el año 1985). Garantizaba el alimento -y del bueno- a niños necesitados emprendiendo así la tarea educativa integral de higiene, hábitos de disciplina personal y social, que les posibilitara el ser escolarizados. Esta tarea era completada con el trabajo, visitas frecuentes e interés por las familias desfavorecidas. Brindaba amistad a todos los de la comunidad educativa. Era una leal amiga de quienes la adoptamos como tal: nos ayudó, nos defendió y nos quiso. Y fue correspondida. Dejó profunda huella en todos los que la tratamos.
Una rscj que vivió como joven religiosa con ella nos dice: Otilia fue mi maestra en la acción social en Torreblanca. Compartimos mucho y nos hicimos buenas amigas... Me puso al frente del comedor parroquial, de las Catequesis, pero ella estaba ahí detrás, animando y empujando con respeto y suavidad... Su modo de acercarse a los gitanos de "las viduales", de implicarse en sus vidas, de quererlos y luchar con y por ellos me mostró su lado más humano y el rostro de Jesús marginado. Era una mujer esencialmente evangélica y hecha para darse a los demás...
+ Después de Torreblanca vivió durante 5 años en un pueblo de Granada, Deifontes. Y como hizo en los barrios y pueblos donde ha vivido se incorporó en diferentes actividades de evangelización, catequesis y tareas parroquiales varias. Conocía a todo el mundo, quería y era querida. Tenía muy buena entrada con los jóvenes y los incorporaba en las actividades sociales y parroquiales atendiendo siempre a la formación, al seguimiento personalizado y cariñoso por cada uno de ellos. Lo sabían y acudían a ella manteniendo durante mucho tiempo la relación con ellos y sus familias.
+ Después de unos breves 3 años en Huelva... fue enviada en 2003 a Montehermoso (Cáceres) donde ha permanecido 20 años antes de pasar a la comunidad de la Ribera de Granada donde llegó el momento cumbre de su vida, su plenitud, cuando el Señor la llevó definitivamente con Él.
+ En tierras extremeñas Otilia también desplegó esa capacidad de relación y de muchos amigos que decía de sí misma, y encarnó su deseo apasionado de anunciar el evangelio a través de las catequesis con niños, con padres, en las diferentes parroquias y pueblos en las que la comunidad ha colaborado estos años. Participó en las Cáritas locales, coros,... y acogió la necesidad de acompañar a las personas que sufrían a causa de la droga formando el grupo AMISTAD con ese exclusivo fin. El grupo del Movimiento Rural Cristiano tenía un especial interés y cariño para ella. Se integró de lleno, asistía a toda convocatoria, convivencia, encuentro diocesano y nacional.
Durante estos años fue experimentando una pérdida creciente de vista que la fue limitando progresivamente para sus tareas catequéticas. La fue encajando con normalidad, fue dejando lo que ya no podía y, como lo más normal siguió incorporada a todas las actividades parroquiales participando con el mismo interés, cariño y dedicación junto con Manu con la que había compartido todo anteriormente.
Han sido muy numerosas las personas que se acercaban cada año a la parroquia de Montehermoso para vivir la celebración del día del Sagrado Corazón y la renovación de votos de la comunidad, la celebración de sus Bodas de Oro de profesión, de sus 90 años y su despedida para Granada, el día del Sagrado Corazón (16 - 6 - 2023).
Recogemos algunas de las palabras que le dedicaron en estos momentos: Las que formamos el grupo del MRC y demás grupos parroquiales le damos gracias a Dios por tenerte aquí entre nosotros, Otilia. Por esos 20 años que has estado compartiendo la fe con las parroquias de Montehermoso, Valrío, Morcillo, el Bronco y alguna más. Agradecemos a Dios que haya cruzado nuestros caminos. Tenerte aquí entre nosotros ha sido una bendición de Dios por todo lo que de ti hemos aprendido. Por tu esmero, experiencia y sabiduría para explicarnos todo cuando no entendíamos de lo que habíamos leído y tantas cosas. Gracias a tu constancia y tu tesón por trasmitirnos todos esos conocimientos, hemos crecido en formación. Y aunque no pueda decirse que hemos dado pasos de gigante, sí que hemos dado pasos hacia adelante. Gracias por tu entrega hacia nosotros. Por tantos domingos que disfrutamos contigo tomando unos mostos a la salida de misa. Por todas esas cosas que iban forjando unos lazos de amistad casi familiares. Y así podríamos comentar de ti lo infinito porque han sido 20 años en los que nos has hecho crecer en formación y confiar más en nosotras mismas. Además de los encuentros con los demás pueblos donde después de cada tertulia compartíamos nuestra comida y la exquisitez del flan que tú nos traías. Todos esos momentos dan para mucho más, difícil resumirlos ahora. Ha sido un privilegio tenerte aquí entre nosotras y aunque a partir de ahora tu estancia será en Granada seguirás en nuestro recuerdo y nuestras oraciones. Que Dios te bendiga por esas tierras andaluzas. Muchas gracias por todo, Otilia.
+ La Eucaristía del funeral, en Granada, la celebró un sacerdote de la diócesis de Coria-Cáceres. Les unía una muy honda amistad y cariño. Fue una celebración entrañable. Al final leyó lo siguiente: Querida Otilia: con tu testimonio entre nosotros nos diste testimonio de Dios durante 20 años, fuiste una montehermoseña más entregada a hacer crecer el Reino de Dios y su justicia. Hoy ya en la comunidad gloriosa disfrutas del abrazo tierno y eterno que esperabas. Dios nos bendijo en ti y tú sigues intercediendo por nosotros. Gracias.
+ Algunas notas finales aportadas por personas que la han conocido que la reflejan muy bien:
De sus cualidades destacaría su fidelidad a Jesús, al que amaba por encima de todo.
Era una mujer muy fiel. Tenía mucho carácter y genio que no le impedían querer y ser querida. Era una mujer apasionada y ponía el corazón en todo lo que llevara entre manos. Agradezco profundamente los ratos vividos con ella compartiendo con gozo y hondura la fe en el Señor Jesús. Tenía un don para ello, para comunicarla. Su última etapa en Granada, ya callada y silenciosa fue un misterio que ella nos revelará cuando nos volvamos a encontrar en el cielo... ¡donde estará haciendo reír a todos con su chispa y su ingenio!
Doy gracias a Dios que nos da rscj así, para mostrarnos el camino.
Terminamos con una frase del canto preferido de Otilia en estos últimos años:
"Dejándolo todo se fueron con El... y todo lo hallaron en Su Corazón".
Agradecidas y seguras de que ya lo ha encontrado todo en el Corazón del Señor al que quiso apasionadamente como era ella y por quien quiso a todos, en especial a los más pobres.
La Comunidad de rscj de Montehermoso (Cáceres).
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