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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

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Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 1 de octubre de 2023

ÁNGELUS: "VIDA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA MADRE DE DIOS". Domingo, 1 - Octubre - 2023

   "Ventana abierta"

ÁNGELUS
VIDA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA MADRE DE DIOS
Biblioteca virtual miguel de Cervantes

HISTORIA ABREVIADA DE LA CIUDAD DE NAZARETH._-INFANCIA DE MARÍA, SU PRESENTACIÓN EN EL TEMPLO.- VIDA DE MARÍA EN AQUEL.- RETIRADA DE JOAQUÍN Y ANA A JERUSALÉN.

II

Escasas son las noticias que sobre este punto nos proporcionan los monumentos históricos y poco podemos decir de la infancia de María.

Cumplidores los padres de María de las leyes del pueblo israelita, presentaron al templo a la recién nacida. Pero antes de este acto solemne debió preceder, como las leyes mandaban, la purificación de la madre, y pagado este precepto, el santo matrimonio presentó a la que lo había de ser del Redentor y realizar la promesa hecha de ofrecer al Señor y a su culto al heredero anunciado por el ángel a Joaquín y Ana.

Cumplidos los preceptos de la ley debieron retirarse a Nazareth, en donde tenían bienes, y allí permanecieron hasta llegar a la edad de tres años la tierna María. La Iglesia católica celebra dos festividades de la Presentación de María en el templo de Jerusalem; la una el día 2 de febrero y la segunda el 21 de noviembre. No cabe confundir ambas festividades, pues la de 21 de noviembre es la que debe titularse Presentación de la Virgen María al templo y la de 2 de febrero debe entenderse, más que la Presentación de María, la de Jesús por su Santa Madre; pues María se presentó para llevar, ya purificada, a su Hijo y así debe entenderse por fiesta de la Purificación.

Como hemos dicho, ni los Evangelios ni otros textos sagrados nos dan más amplias noticias de la infancia de María y tenemos para ello que recurrir a la tradición y a lo que la Iglesia nos dice acerca de este extremo. Pero antes, y sobre todo, como dice D. Vicente Lafuente, es la Iglesia, y los trozos selectos de los Santos Padres que ella nos presenta en el Oficio divino, son superiores a cuanto se pueda decir por los ascéticos antiguos y los modernos filósofos cristianos.

En la citada fiesta de la Presentación, San Juan Damasceno y San Ambrosio son los que la Iglesia nos presenta en dicho día. La constante tradición entre latinos y orientales y lo antiguo de esta festividad, unido al cumplimiento de la ley y promesa hecha por los padres de María, pone fuera de toda duda el hecho, de que siendo todavía muy niña, fue conducida por sus ancianos padres al templo de Jerusalem para que quedase consagrada al Señor y ocupaciones a que se dedicaban las doncellas piadosas, que vivían en el recinto exterior del templo, recibiendo una educación cuidadosa y esmerada en cuanto los tiempos alcanzaban.

En las habitaciones del recinto exterior del templo, dice Lafuente, la tenían los Sacerdotes y Levitas cuando les tocaba venir de sus pueblos a servir por turno en el templo de Jerusalem, y allí vivían también las doncellas dedicadas a Dios, y entre ellas, en su tiempo, la purísima María. Así lo afirma Damasceno de una manera terminante cuando dice: Nace en casa de Joaquín y es conducida al templo, y en seguida plantada allí en la Casa de Dios, y nutrida allí por el Espíritu Santo, quedó constituida en asiento de todas las virtudes cual fructuosa oliva; como que había apartado de su mente de toda sensualidad de esta vida y de su cuerpo, conservando así con virginal pureza, no solamente su cuerpo, sino también su alma, cual correspondía a la que había de llevar a Dios en su seno.

Y al llegar a este punto de la estancia de la Santísima Virgen en el templo, creemos hacer un favor a nuestros lectores desvaneciendo el error que hemos oído a algunas personas que se estiman por entendidas, acerca del templo de Jerusalem, que se lo figuran, creen y describen como una gran iglesia de los tiempos presentes. Imagínanselo como una gran Catedral, como un gran templo de San Pedro o del Escorial, con esas columnas retorcidas, que apellidan Salomónicas, sosteniendo una gran bóveda, y en esto estriba el error. El templo no tenía bóveda ni estaba cubierto: constaba de grandes patios circulares rodeados de pórticos, quedando sólo cubierto y cerrado el oráculo, donde no entraba el pueblo. El primero de los patios era el mayor, siendo la entrada pública hasta para los gentiles; en el segundo era donde oraba el pueblo, y en el tercero sólo entraban los sacerdotes, sin que pasaran al reservado del Oráculo, el Santuario, en el que sólo penetraba, una vez al año, el gran sacerdote, y para ello precediendo gran preparación.

Fuera de su recinto estaban, como hemos dicho, las habitaciones de los sacerdotes, levitas y jóvenes doncellas dedicadas al culto.

La tradición afirma, y no hay nadie que contradiga esta creencia general, que San Zacarías fue quien recibió en el Templo a María y a sus ancianos padres; como era pariente de la familia, nada de extraño tiene que esperaran los padres de María que aquél estuviese en funciones de su cargo para entonces llevarla, cumpliendo la promesa hecha antes del nacimiento de la niña; y esta tradición la dan como cosa probada los Padres Orientales.

La Iglesia oriental ha fantaseado mucho sobre la estancia de la Virgen durante su niñez en el Templo, llevándola hasta el punto de poner en boca de San Zacarías estas palabras: Entra, niña, con confianza en tu Santo Templo, pues éste puede llamarse domicilio tuyo mejor que de ningún otro: te entrego la casa de Dios, donde sólo puede entrar el Sacerdote una vez al año. Ve por tanto, hija, al lugar santísimo, pues tú recibirás en ti al Santo de los Santos, y nos darás a todos la santidad.

La Iglesia latina, menos fantaseadora que aquélla, se ha mostrado poco propicia, dice el mismo D. Vicente Lafuente, a esta idea de que la Santísima Virgen entrase a orar en el Santuario, y casi tuviera allí su morada, a pesar de haberlo consignado también la Venerable Madre de Ágreda en su Mística Ciudad de Dios.

El Abate Orsini la combate abiertamente: Antiguas leyendas se han complacido en rodear de una multitud de prodigios la primera infancia de la Virgen; pasaremos en silencio sus hechos maravillosos, que no están suficientemente probados, pero debemos combatir una aserción inexacta, o por mejor decir inadmisible, que ha sido admitida confiadamente y sin examen por santos personajes y escritores piadosos. De que la Virgen haya sido la misma Santidad, lo que nadie niega, se ha querido inferir que la Virgen debió ser colocada en la parte más santificada del templo, es decir, en el Santo de los Santos, lo cual es materialmente falso. (La frase en boca del ilustre escritor resulta un poco dura).

El Santo de los Santos, ese impenetrable santuario del Dios de los ejércitos, estaba cerrado a todo Sacerdote hebreo, a excepción del gran Pontífice, que no penetraba en él más que una vez al año, después de un buen número de ayunos, vigilias y purificaciones. Al entrar allí iba envuelto en una nube de humo producido por los aromas quemados en su incensario, lo cual impedía ver los objetos, interponiéndose la nube entre la Divinidad y él, pues ningún inmortal podía verle y vivir según la Escritura: no estaba allí más que algunos minutos, durante los cuales, el pueblo prosternado y con el rostro pegado al suelo, prorrumpía en grandes sollozos, temiendo por la vida del Sumo Sacerdote, y tanto era así, que éste daba después un gran convite a sus amigos para congratularse con ellos de haber escapado por aquella vez de tan gran riesgo, Júzguese, pues, por estos datos, si es creíble que la Virgen María fuese criada en el interior del Santuario.

El mismo D. Vicente Lafuente, dice: Dudo mucho que sea cierta la crianza de la Virgen Santísima en lo interior del Santuario, ni aun su entrada en el Santuario alguna vez, porque ni parece admisible esa Anunciación previa, ni está en el carácter de la Virgen, ni en las miras de la Providencia con respecto a Ella. Fue partidaria siempre la Santísima Virgen de vida escondida, como queda dicho, y también enemiga de singularizarse y de ostentar privilegios y exenciones. Si Dios le concedió ser concebida sin mancha de pecado original, esto fue en el orden espiritual e interno: ninguna señal  exterior lo reveló: si fue Virgen y Madre a la vez, esto fue tan oculto que nadie lo supo: su mismo Santísimo Esposo lo ignoró algún tiempo: el vulgo la creyó una mujer cualquiera; Ella misma, purísima castísima, se sujeta a la ignominiosa ceremonia de la Purificación, que suponía impureza, pues lo que se purifica no está puro. ¿A qué se turbó al darle el Ángel su embajada, si ya lo sabía por su padre San Joaquín y lo sabían los Sacerdotes y todos los que entraban en el templo? ¿Por qué concibió celos San José si toda la Familia sabía que había de ser Madre y Virgen? ¿Podía ignorar el marido lo que sabían todos?

Así se expresa el católico escritor, cuyas palabras hemos copiado de su Vida de la Virgen María.

Feliz día para todos.

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