"Ventana abierta"
Comentarios breves de Darío Mollá, S.J.
"Para abrirle apenas venga y llame"... ¡Con qué impaciencia esperamos a alguien a quien nos importa ver! Los segundos de espera se hacen eternos, y si hay algún minuto de retraso empezamos a inquietarnos y a darle vueltas al por qué será. Y cuando por fin suena el timbre de la puerta vamos a toda velocidad... ¿Es así nuestro deseo de Dios? ¿O quizá ya damos por descontado, injustificadamente, que no va a pasar y que no valen la pena la espera y la vigilia? El evangelio de hoy nos reitera que pronto o tarde llamará de nuevo a nuestra puerta.
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