"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
¿AMO ALGO MÁS QUE A
DIOS?
37 « El que ama a su padre o a su madre más
que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no
es digno de mí.
38 El que no toma su cruz y
me sigue detrás no es digno de mí.
39 El que encuentre su
vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
40 « Quien a vosotros
recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha
enviado.
41 « Quien reciba a un
profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un
justo por ser justo, recompensa de justo recibirá.
42 « Y todo aquel que dé de
beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser
discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. » (Mt.
10,37-42).

Más que a Jesús no se puede amar nada, NADA,
porque es tomar por Dios lo que no lo es: el padre, la madre, los hijos, los
amigos, mis entretenimientos y diversiones… esto es serio, porque a veces
pasamos el tiempo en lo que me gusta, me satisface, me hace sentir creativo, me
hace tener la ilusión de que yo soy “creador”. Dios es Dios y yo soy tan solo
una obra de sus manos que en su excesiva bondad y benevolencia me dio la
existencia.
Pero la fe tampoco es obra mía, es otro
regalo de su amor. Lo que yo solamente he de hacer es cuidarla, fortalecerla
por el contacto asiduo con Dios, por la oración, la alabanza y la acción de
gracias.
“Amar a Dios sobre todas las cosas”. Las
“cosas” amarlas con el desborde del amor de Dios, pero no con el amor que le
debo sólo a Él. Lo que de este amor se derrama, eso es para las criaturas y
entonces cumpliré el primero de los mandamientos: “amar a Dios, con todo el
corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas”, con todo mi cuerpo y por
encima de mi cuerpo y de mí mismo, con todo mi ser.
¡Dios mío, tú sabes que soy pequeño y
frágil, débil y poca cosa, con lo que supone de limitación y frugalidad; pero
mi corazón, Señor, se mantiene vivo y fresco para amar, porque éste no
envejece, creo que al contrario, poco a poco va adquiriendo solera en la
hondura, en la serenidad, en la paz, en lo único necesario… Dame amarte así:
sobre mí y sobre todo…
¡Tú lo puedes todo en mí y yo quiero dejarme
hacer!...
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