"Ventana abierta"
Reflexiones para el alma
de José Luis Prieto y Vicente Forner
EL HUEVO VACIO
Matías, era un niño
con capacidades mentales diferentes. A la edad de 12 años había cursado
el 2º grado, y parecía que jamás podría pasar de ahí.
Durante las clases estaba distraído y nunca respondía
correctamente a las preguntas que se le hacían. La maestra que ya no sabía qué
hacer con él, se irritaba y lo trataba duramente.
Harta de la situación un día la instructora citó a sus padres
para decirles que Matías debería asistir a una escuela especial, ya que para él
era imposible seguir el ritmo de sus compañeros, debido a que por el retraso
mental que sufría, era como un niño de cinco años.
La mamá, le explicó, que en la ciudad no había ninguna escuela especial y que
además sería terrible sacarlo de aquella escuela, porque Matías se sentía muy
feliz de estar allí.
La maestra, se encontraba en un dilema, por un lado quería entender la
situación, aunque sabía que el niño no tendría muchas posibilidades de
evolucionar y por otro lado tenerle en clase, era una carga muy pesada tanto
para ella como para los demás chicos.
A pesar de la situación, su conciencia no le permitió tomar otra decisión y
aceptó que Matías permaneciera entre sus alumnos, pidiéndole a Dios que le
ayudara a tener paciencia.
Se aproximaba la Semana Santa y la maestra les contó la
historia de Jesús, cómo murió y su resurrección. A continuación les
entregó a todos los niños un huevo de plástico y les dijo:
«Quiero que se
lleven este huevo a su casa, y que mañana lo traigan con algo en su interior
que represente la Semana Santa de la que acabamos de hablar».
Al día siguiente, cada alumno colocó el huevo en una canasta
que estaba sobre el escritorio.
Cuando la maestra comenzó a abrirlos, encontró en ellos las más variadas
expresiones que daban señal de una nueva vida, flores, mariposas…
Cuando abrió el que correspondía a Matías ¡El huevo estaba vacío!, pero como no
quería que se sintiera mal, disimuladamente puso el huevo a un lado y tomó otro.
De pronto, el niño totalmente exaltado, exclamó:
-Seño, ¿es que no va a decir
nada de mi trabajo?
La maestra pacientemente contestó:
-Matías, creo que no
entendiste el trabajo que te pedí, el huevo está vacío.
Mirándole a los ojos le dijo:
-Sí, claro que está vacío, como también está
vacía la tumba de Jesús. Porque Jesús resucitó y creo que esto es lo más
importante de la Semana Santa.
«Jesús
dejó la tumba porque Su mayor deseo es habitar en tu corazón, sólo tienes que
permitírselo. Tuya es la decisión»
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