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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 27 de abril de 2018

Jesús está en la ventana

"Ventana abierta"


Jesús está en la ventana

Durante el verano, Juan y su hermanita Teresa fueron a pasar unos días a la granja de sus abuelos. Como el niño no paraba quieto, su abuelo le dejó que jugara fuera y que practicara con su tirachinas. No lograba darle a ninguna de las latas que había preparado para hacer blanco. Desanimado, se dispuso a regresar a casa para cenar.

Mientras caminaba de regreso, vio un pato, al parecer el más querido por su abuela. Y, como un impulso, cogió el tirachinas y lanzó la piedra, sin pensar que podría acertar. Le dio al pato en plena cabeza y cayó en redondo. Él estaba impresionado y consternado. En un momento de pánico, escondió el pato muerto detrás de unas maderas. En ese momento vio que su hermana lo estaba observando. Teresa lo había visto todo, pero no dijo nada. Después del almuerzo del día siguiente,
la abuela dijo:
- Teresa, vamos a lavar los platos.
Pero Teresa dijo:
- Abuela, Juan me ha dicho que él quería ayudarte en la cocina.
Luego le susurró a él:
- ¿Recuerdas lo del pato?
Así es que Juan lavó los platos.
Más tarde, ese mismo día, el abuelo les preguntó a los niños si querían ir a pescar, y la abuela
dijo:
- Lo siento, pero necesito que Teresa me ayude a hacer la compra.
Teresa sonrió y dijo:
- Bueno, no hay problema, porque a Juan le apetece mucho ayudar a la abuela con la compra.
Ella, de nuevo, se acercó a su hermano y en voz baja le dijo:
- ¿Recuerdas al pato?
Así es que Teresa se fue a pescar y Juan se quedó ayudando.

Después de varios días en los que Juan hacía tanto sus tareas como las de su hermana, no aguantó más y decidió poner fin a lo que le estaba fastidiando las vacaciones. Le confesó a su abuela que había matado al pato.

La abuela reaccionó rápido, abrazó a su nieto y le dijo:
- Corazón, ya lo sabía. ¿Sabes? Yo estaba en la ventana cuando sucedió y vi todo lo que pasó. Pero, porque te quiero, te perdono. Sólo me preguntaba cuánto tiempo tardarías en decidirte y en permitir que tu hermana Teresa te hiciera chantaje. Nunca hay que tener miedo a decir la verdad, además siempre puede haber alguien que te vea por la ventana. Me preguntaba cuánto tiempo más permitirías que Teresa te hiciera su esclavo.

Moraleja: 

Lo que hayas hecho en tu pasado y el Diablo continúe restregándotelo en tu cara (mentiras, odios, ira, falta de perdón, amargura, robos, etc.), cualquier error que hayas cometido, has de saber que Jesús estaba parado en la ventana y Él vio todo lo sucedido.

Él ha visto tu vida completa y quiere que sepas que te Ama y que si le pides perdón, confesándote con un sacerdote, estás perdonado. Él sólo se está preguntando cuánto tiempo más dejarás que el Diablo te esclavice.

Lo maravilloso de Jesús es que cuando tú pides perdón, Él no sólo te perdona si no que lo olvida, porque nos salva por medio de Su Gracia y Su Misericordia.
Alégrale el día a un amigo o a un familiar enviándole el enlace a esta reflexión: webcatolicodejavier.or



Y recuerda siempre que... ¡Jesús está en la Ventana!

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