ventana

ventana

Sean bienvenidos

Sean bienvenidos

Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 28 de enero de 2014

¿DÓNDE ESTÁS, SEÑOR?

"Ventana abierta"


¿DÓNDE ESTÁS, SEÑOR?


A veces parece que Dios se ausenta. Hay tal silencio que no comprendemos su ausencia.
Hace poco me sentí en este abandono. Entonces se dio este diálogo:
—¿Por qué este silencio?, —le pregunté—. ¿Dónde estás?

—Aquí, a tu lado —fue su respuesta.

—Pero no te veo, ni te siento.
Ingenuamente pregunté:
—¿Qué haces?


Y me pareció que respondía:
—Arando tu alma.


¿Arando mi alma? Lo imaginé recogiendo rastrojos, piedras y basura, rastrillando con fuerza, para que mi alma quedara dispuesta, como la tierra, abonada y lista para la siembra. 
Recordé entonces aquella hermosa frase de santa Teresa: 
“El alma es un huerto que hay que cultivar”.

Teníamos todo para una buena cosecha.
¿La tierra? Mi alma.
¿Las piedras y basura que Dios desechó? El pecado, la desconfianza, mi poca fe.
¿La buena semilla? Su palabra.
¿El agua? Su gracia.
¿El sol? Su presencia, que irradia serenidad y alegría.
Sólo faltaba mi voluntad, que ahora es suya. Y mi vida, que está en sus manos.

A veces, un mal rato es sólo Dios que poda nuestras vidas, para fortalecernos y permitirnos crecer seguros y amados.

Pensé en las palabras de san Alberto Hurtado:
 “¿Para qué está el hombre en el mundo? 
El hombre está en el mundo porque alguien lo amó: Dios. El hombre está en el mundo para amar y ser amado”.

Recuperé en ese momento la confianza de su presencia amorosa. Experimenté su gracia, su cercanía que todo lo llena e ilumina.


Volví a preguntarle:
—¿Dónde estás, mi Señor?

Esta vez, con una sonrisa paternal, respondió:
—Aquí, en ti, en tu familia, en todos los que me aman.



No hay comentarios: