Buenos días, amig@s
Me he encontrado con esta hermosa historia que alguien se ha debido de inventar pero que no por ello deja de ser bella:
Dos de sus hijos tenían un sueño:
querían dedicarse a la pintura.
Pero sabían que su padre jamás podría enviar a ninguno de ellos a estudiar a la Academia.
Después de muchas noches de conversaciones calladas, los dos hermanos llegaron a un acuerdo, lanzarían al aire una moneda, y el perdedor trabajaría en las minas para pagar los estudios al que ganara.
Al terminar sus estudios, el ganador, pagaría entonces los estudios al que quedara en casa con las ventas de sus obras.
Así, los dos hermanos podrían ser artistas.
Lanzaron al aire la moneda un domingo al salir de la Iglesia.
Uno de ellos, llamado Albrecht Durero (o Albretch Dürer en alemán), ganó y se fue a estudiar a Nüremberg.
Entonces el otro hermano, comenzó en las minas, donde permaneció por los próximos cuatro años para sufragar los estudios de su hermano, que desde el primer momento fue toda una sensación en la Academia.
Los grabados de Albretch, sus tallados y sus óleos llegaron a ser mucho mejores que los de muchos de sus profesores, y para el momento de su graduación, ya había comenzado a ganar considerables sumas con las ventas de su arte.
Durero.
Nacionalidad Alemania Nüremberg (1471) - (1528)
Estilo: Pintura Flamenca.
Cuando el joven artista regresó a su aldea, la familia Durero se reunió para una cena festiva en su honor.
Al finalizar la memorable velada, Albretch se puso de pie en su lugar de honor en la mesa, y propuso un brindis por su hermano querido, que tanto se había sacrificado trabajando en las minas para hacer sus estudios una realidad.
Y dijo:
"Ahora, hermano mío, es tu turno.
Ahora puedes ir a Nüremberg a perseguir tus sueños, que yo me haré cargo de todos tus gastos".
Todos los ojos se volvieron llenos de expectativa hacia el rincón de la mesa que ocupaba su hermano.
Pero éste, con el rostro empapado en lágrimas, se puso de pie y dijo suavemente:
"No, hermano, no puedo ir a Nüremberg.
Es muy tarde para mí.
Estos cuatro años de trabajo en las minas han destruído mis manos.
Cada hueso de mis dedos se ha roto al menos una vez, y la artritis en mi mano derecha ha avanzado tanto que hasta me costó trabajo levantar la copa durante tu brindis.
No podría trabajar con delicadas líneas el compás y el pergamino, y no podré manejar la pluma o el pincel.
No, hermano, para mí ya es tarde.
Pero soy feliz de que mis manos deformes hayan servido para que las tuyas ahora hayan cumplido su sueño".
Más de 450 años han pasado desde ese día.
Hoy los grabados, óleos, acuarelas, tallas y demás obras de Albretch Durero pueden ser vistos en museos alrededor de todo el mundo.
Pero seguramente tanto ustedes, como yo, y como la mayoría de las personas, sólo recordemos uno.
Seguramente hasta alguno de ustedes tengan uno en la oficina o en su casa.
Es el que un día, para rendir homenaje al sacrificio de su hermano, Albretch Durero dibujó: las manos maltratadas de su hermano con las palmas unidas y los dedos apuntando al cielo.
La gratitud de Durero quedó plasmada en la inspiradísima pintura que a la postre llegaría a ser mundialmente famosa. Y nosotros nos beneficiamos tanto de la belleza de dicho cuadro como de una hermosa historia de gratitud y fraternidad.
Llamó a esta poderosa obra simplemente "Manos", pero el mundo entero abrió de inmediato su corazón a su obra de arte y se le cambió el nombre a la obra por el de
"Manos que oran"
La próxima vez que veamos una copia de esta obra, mírémosla bien.
Y ojalá que sirva para que, cuando nos sintamos demasiado orgullosos de lo que hacemos, y muy pagados de nosotros mismos, recordemos que en la vida
¡Nadie nunca triunfa solo!
Manos que rezan
Las manos que rezan son más sublimes
que un producto del arte:
Creación del alma,
fruto de profunda gratitud.
Obra maestra de valor incalculable
que solo el amor es capaz de retratar.
Revelan la abnegación
de un anónimo santo.
Esas manos marcadas por la diaria faena
hablan de un hombre
que sacrificó su talento
en aras del divino designio.
2 comentarios:
Angelina Gracias por compartir tan bella historia ! es hermosa ! esas manos que vemos por todas partes !
Gracias por estar y por compartir !
Què tengas una semana Feliz y muy Bendecida de todo corazòn !
Bendita seas en cada nuevo amanecer hermanita !
Paz y Bien * * *
Estimada amiga, Una Julieta de Jesús:
Sólo me resta agradecerte tu cariñoso comentario y tu amabilidad.
Igualmente te deseo, que seas bendita en cada nuevo amanecer, tú y los tuyos.
Feliz seas, junto a mi abrazo cercano y en unión de oraciones, hermanita -como así me llamas- y yo a la recíproca, te considero desde ya, mi hermanita.
Que el Señor y su Madre Santísima te acompañen siempre.
¡Paz y Bien!
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