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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 13 de febrero de 2013

Para orar.

"Ventana abierta"


COMPAÑIA DE JESUS
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN
Padre Leonardo Molina García. S.J.

INTRODUCCIÓN GENERAL A TODAS

Orar, orar, orar. Mucha insistencia  en Jesús, que una y otra vez nos pide que oremos. Él es el primero que hace oración en muchas ocasiones, en público y en privado. Y manda a sus discípulos que oren: con insistencia (Mat 7,7-11, sin rencor (Mc 11,25) y con una fe sin reservas (Mc 11,23…) Una y otra vez San Pablo repite machaconamente que hay que orar (I Tes 5,17). Hay muchos libros, oraciones, métodos. La oración tiene una literatura tan abundante casi como  la del sexo (al menos en los ambientes eclesiales). ¿Será porque en realidad no la hacemos, o, por lo menos, no la hacemos bien y queda como ideal inalcanzable, pero siempre apetecible?
Pero creo que el mejor método y sistema es ORAR… es decir, dejarse de cuentos y teorías y ponerse a HACER oración. Sin excusas.
A mí se me ocurren  estas sencillas ideas

1.    Es mejor hacer oración con las propias palabras. Mucho mejor que hacerla con palabras prestadas (de santos, de poetas, de powwer points) No conozco amigos o enamorados que hable con su pareja con palabras ajenas o escritas. Bueno, a veces, ayudan, ponen en marcha la conversación, pero luego, hay que soltar papeles y por así decir, las muletas…y hablar de corazón a corazón.
2.    Hablarle al Señor (Dios Padre, Jesús, Espíritu Santo) de TÚ…En el mundo sajón no se atreven a hablarle al Señor de Tú y usan el Vos…interesante forma de respeto. Pero nosotros, sin perder ese respeto y sabiendo quién es, hablamos confiadamente con Él, tuteándole.
3.    Desde luego, hay oraciones privilegiadas, de toda la Iglesia, que al recitarlas o meditarlas,  nos sentimos miembros de ella: todos coincidimos en sentirlas, las rezamos unidos a todos en la fe, en el amor, los compromisos  y la historia…El Padre nuestro, el Ave María, la Salve al menos pueden quedar no solo exentas de esta quema, sino exaltadas. Las oraciones tradicionales se respetan, desde luego, pero en segundo plano y como meras ayudas…
4.    Todas las oraciones prestadas son caminos pedagógicos hacia la oración personal, el encuentro personal con Dios
5.    Siempre en mi oración figuran los demás. Nunca puedo olvidar ese artículo de la fe que proclama: creo en la comunión de los santos…
6.    Y ahora paso a todos los métodos o caminos. Están tomados de la espiritualidad ignaciana. Cada método tiene que ser precedido de ESTOS CINCO PUNTOS PREPARATORIOS. SON MUY IMPORTANTES E IMPRESCINDIBLES.

1.         Al acercarme al lugar de la oración, recuerdo que voy a pasar un rato de intimidad con el Señor.
2.         Busco un espacio y una postura que me ayuden a relajarme.
3.         Hago silencio, respiro lentamente y tranquilizo mi cuerpo.
4.         Caigo en la cuenta de que entro en la presencia del Señor. Y miro cómo Él me mira.
5.         Después de hacer la señal de la cruz, le pido al Espíritu que me ayude a estar en la presencia de Dios durante todo el tiempo de oración. Y que todo lo que haga en ella me anime a buscarle; para conocerle más, amarle mejor y seguirle de cerca.


CONTEMPLACIÓN
LEER. Escojo una escena bíblica y la leo atentamente. La releo varias veces si es necesario.
VER. Entro en relación con cada una de las personas, me las imagino, las veo "como si presente me hallase".
OíR. Oigo lo que hablan y escucho sus palabras como si me fueran dichas a mí.
MIRAR. Miro lo que hacen y me detengo en sus gestos. Con paz, sin prisa por avanzar.
DIALOGAR. Recojo mi rato de oración haciendo un coloquio con Jesús, "como un amigo habla a otro amigo".
ORAR CON LA RESPIRACIÓN
PETICiÓN. Pido a Dios que me ayude para que todas mis intenciones, mis acciones, mi mundo interior ... sea todo según su voluntad.
LEO. Escojo una oración sencilla y conocida (Padre Nuestro, Ave María) o una lista de nombres de Jesús (Señor, Maestro, Amigo).
RESPIRACiÓN. En cada espiración, voy recitando palabra por palabra la oración escogida. Sin forzar el ritmo, manteniendo el compás.
REPETICiÓN. Repito cada palabra varias veces, lentamente, con recogimiento. Y pienso en el significado de cada una de ellas, en la persona a quien se refiere, en mi necesidad de ser transformado según esa palabra, etc.
DIÁLOGO. Me despido haciendo un coloquio, "como un amigo habla a otro amigo".
ORAR CON LOS SALMOS
PETICIÓN. Pido que el mismo Espíritu que inspiró los salmos me inspire en mi oración para poder comprender, gustar, gozar.
LEO. Leo en voz alta el salmo entero y dejo que resuene en mí. Luego lo releo en silencio, procurando que vaya calando dentro.
GUSTO. Voy repasando el salmo estrofa por estrofa. Puedo simplemente repetirlas para que se vayan grabando en mi corazón Y en mi memoria. O puedo centrarme en sus imágenes, dejando que atrapen mi imaginación.
RECUERDO. Traigo a la memoria situaciones de mi vida o experiencias espirituales en las que haya vivido las imágenes del salmo. y miro cómo Dios ha cumplido su Palabra.
DIALOGO. Acabo usando las palabras del salmo (u otras mías) para alabar, agradecer, pedir ... 
LECTIO DIVINA
PETICION. Pido el mismo Espíritu con que fue escrito el texto, para entrar en contacto con esa misma experiencia espiritual.
LECTIO: Leo el texto despacio y, si me ayuda, en voz alta. Avanzo por él hasta que encuentro esa "palabra" que está ahí para mí.
MEDITATIO:  Rumio el pasaje encontrado, lo repito, lo memorizo y dejo que cale dentro de mí. Lo hago mío para que entre en reacción con mis ideas,          sentimientos, recuerdos, heridas, deseos, preocupaciones...                 
ORATIO:  Hablo con el Señor usando las palabras del texto u otras. Y dejo que esa Palabra que Dios me dice transforme mis sentimientos, anhelos, descanso,           trabajo...
CONTEMPLATIO:  Reposo en las manos de Dios y, tranquilamente me despido de Él.  
ORAR A DIOS GUSTANDO
PETICiÓN. Pido a Dios que me ayude para que todas mis intenciones, mis acciones, mi mundo interior ... sea todo según su voluntad.
LEO. Escojo una oración vocal {Padre Nuestro, Ave María, Gloria, Credo, Salve} o una lista de contenidos que puedan relacionarme con Dios {las bienaventuranzas, los miembros de mi comunidad}.
SABOREO. Digo en mi interior la primera palabra y la dejo resonar en mí. Veo lo que me sugiere, hago consideraciones sencillas, pido, agradezco, examino mi vida, encomiendo a alguien ...
CONTINÚO. Recorro toda la oración sin prisas, deteniéndome en aquella palabra que me llena y gustando lo que encuentre.
DIALOGO. Me despido del Señor Jesús.
ORAR CON EL EVANGELIO
ME RECOJO. Me imagino el lugar de la escena, "como si presente me hallase".
PETICiÓN. Pido conocer por dentro al Señor hacer lo que Él hace, decir lo que Él dice, sentir como siente Él. Para que así le ame cada vez más y pueda seguirle mejor.
MEDITO y CONTEMPLO. Leo el texto lentamente, punto por punto, palabra por palabra. Uso la memoria para recordar situaciones parecidas. La inteligencia para comprender y aplicar lo meditado a mi vida. Y la voluntad para desear, pedir, dar gracias, proponer, adorar, sentir, amar ...
DIÁLOGO Acabo haciendo un coloquio con el Señor, "como un amigo habla a otro amigo". Termino rezando un Padrenuestro. Luego me despido y salgo lentamente de la oración. 
MEDITACIÓN
PETICiÓN. Pido a Dios que me dé luz para mirarme y para mirar al mundo desde lo que vaya a meditar.
LEO. Escojo un texto del Evangelio o cualquier otro texto que pueda ayudarme a crecer, a conocer cada vez más al Señor y a vivir a su modo. Y lo leo despacio varias veces.
MEMORIA. Recuerdo quién ha hablado así, cuándo, a quién, lo que me descubren sus palabras de cómo es Dios, a qué me suena ...
ENTENDIMIENTO. Reflexiono sobre el sentido de estas palabras y las consecuencias que pueden tener para mi vida.
VOLUNTAD. Dejo que toda mi persona se apasione por el modo que Jesús tiene de vivir. Y pongo todo en juego para reacomodar mi forma de querer, de pensar y de actuar. 
EXAMEN DEL DÍA
Busco un lugar tranquilo, hago silencio y caigo en la cuenta de que entro en la presencia de del Señor. "Tú me conoces y me sondeas"
AGRADECER.  Le doy gracias a Dios por el día vivido, y por todo el bien recibido: las alegrías, los gozos, los encuentros, el perdón, la fe. También por las dificultades, las luchas y las contradicciones encontradas, que me colocan en mi lugar. Aunque no siempre lo haya visto, Dios estaba allí presente, sosteniéndome y trabajando por mí.
PEDIR LUZ. Pido al Espíritu luz para mirar mi vida  con sus ojos, como la mira Él, para saber  reconocerle  en el día que termina y para descubrir cómo ha estado volcado en mí. Le pido también  que ilumine mis fallos y que sea su mirada la que descubra mis incoherencias.
TOMAR CONCIENCIA: Presto atención a todo lo vivido. Y recorro los sentimientos y recuerdos que he experimentado: gozo, paz, miedo, duda, compasión. Recorro también las faltas que he cometido hoy: mi pobre fe, esperanza o amor, mis fallos de pensamiento, palabra y obra. ¿Qué me ha movido por dentro?, ¿cuál ha sido mi tono en este día?, ¿cómo ha pasado Dios por mí?
PEDIR PERDON. Le pido al Señor perdón de corazón. Por mis pobres respuestas, por olvidar su presencia, por cerrarme a su amor.
ENFOCAR EL MAÑANA. Con la confianza de saberme en las manos de Dios, le pido gracia para seguirle mañana más de cerca, un poco mejor. Y para corregir aquello que me separa de Él. Termino rezando con tranquilidad el Padrenuestro.
Estas fichas para  hacer oración  tienen como título:
COMPAÑIA DE JESUS
APOSTOLADO DE LA ORACIÓN
Leonardo Molina S.J.



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